A ese género literario llamado novela le sobran sepultureros. Con toda franqueza, a estas alturas de la vida he perdido ya la cuenta del número de obituarios que le han dedicado. Hace un buen rato ya que a la novela le dijeron “descansa en paz”, aunque al parecer ella no se da por enterada, pues en nuestro mundo de pantalla digital, tan atiborrado de distractores, se siguen escribiendo y publicando novelas; y eso no es todo: el colmo de lo improbable, es que seguimos existiendo algunos bichos raros a los que nos da por leerlas. Si la novela ha muerto, lo único que me queda por pensar es que las cientos de novelas que están siendo escritas en este preciso momento y que acaso serán publicadas y leídas dentro de poco tiempo, son el equivalente a estrellas muertas hace miles de años cuyo destello nos sigue alumbrado. La novela en el Siglo XXI es la centellante luz emitida por un cuerpo sin vida, una iluminación mentirosa condenada a extinguirse, pero mientras nos siga alumbrando, disfrutaremos de ella sin importar demasiado si es emitida por un género muerto o acaso moribundo; qué más da.
Tuesday, October 01, 2013
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