Las Idus de Marzo han llegado ya y no me ha pasado nada.
Sí, pero aún no se han ido
Congoja de la pasada tormenta
La irreductible fidelidad a ciertos autores, me llevó a adquirir Con la congoja de la pasada tormenta, recopilación de cuentos del salvadoreño Horacio Castellanos Moya, un narrador que jamás me defrauda. Arma en el hombre, Insensatez, Baile con serpientes y El asco; Thomas Bernhard en San Salvador han hecho de Castellanos Moya una de mis plumas imperdibles. Contundente, oscuro, rebosante de ironía, el salvadoreño, hay que admitirlo, me quedó a deber con sus cuentos. Sí, en casi todos encontré esa desolación y desgarro existencial que es marca de la pluma, pero en algunos relatos, los primeros, lo traiciona esa juvenil carencia de malicia literaria. Pese a todo, es recomendable. Imaginen por un momento a Camus caminando por Centroamérica.
El becerro de oro liberal
Dentro del rimbombante pandemonio de la historia oficial, sólo un natalicio es elevado a la categoría de fiesta patria y asueto obligatorio: el 21 de marzo, cumpleaños de don Benito Juárez, algo así como la Navidad del nacionalismo revolucionario. Ni siquiera Hidalgo o Morelos pueden aspirar a ese privilegio, reservado al Zeus de nuestra particular mitología. Por supuesto lloverán letanías y peroratas que nuestros funcionarios, tan ignorantes en la materia, repetirán como loros, leyendo mal un insulso texto de asamblea donde se hablará del humilde indito de Guelatao, del defensor de la patria, del constructor de instituciones, del incorruptible. Obvia decir que nadie hablará del hombre que se postró a los píes de Estados Unidos, que pudo convertir a México en un Puerto Rico con su controvertido tratado McLane-Ocampo y que sin haber sido electo democráticamente, se perpetuó 14 años en el poder del que sólo una angina de pecho pudo arrancarlo. Hoy el indito de Guelatao nos puso a descansar en las Idus de Marzo.
El becerro de oro liberal
Dentro del rimbombante pandemonio de la historia oficial, sólo un natalicio es elevado a la categoría de fiesta patria y asueto obligatorio: el 21 de marzo, cumpleaños de don Benito Juárez, algo así como la Navidad del nacionalismo revolucionario. Ni siquiera Hidalgo o Morelos pueden aspirar a ese privilegio, reservado al Zeus de nuestra particular mitología. Por supuesto lloverán letanías y peroratas que nuestros funcionarios, tan ignorantes en la materia, repetirán como loros, leyendo mal un insulso texto de asamblea donde se hablará del humilde indito de Guelatao, del defensor de la patria, del constructor de instituciones, del incorruptible. Obvia decir que nadie hablará del hombre que se postró a los píes de Estados Unidos, que pudo convertir a México en un Puerto Rico con su controvertido tratado McLane-Ocampo y que sin haber sido electo democráticamente, se perpetuó 14 años en el poder del que sólo una angina de pecho pudo arrancarlo. Hoy el indito de Guelatao nos puso a descansar en las Idus de Marzo.
Descansar? En qué lugar del mundo ocurre eso?