Me rompe el alma ver imágenes de Chile. Después de todo, quiero mucho a ese país y siento una conexión natural con los chilenos. En diciembre de 2008 Carolina y yo anduvimos por allá y en una de tantas cervecerías de la calle Pío Nono, hicimos amistad con Miguel Ángel y Caro, unos jóvenes de Concepción, precisamente la ciudad que quedó más dañada por estos terremotos-tsunami. Me duele ver sufrir a ese hermoso país. Aguante Chile. Ustedes son un pueblo demasiado grande para dejarse caer.
En la agonía del Invierno, cuando marzo ya debería enfilar sus pasos hacia la Primavera, tenemos por herencia un fin de semana de lluvia helada, nieve en La Rumorosa y vientos navaja. Un domingo de esos para no cruzar la puerta de casa.
Iker cumple tres meses mañana, su primera mayoría de edad. Sus sonrisas son cada vez más frecuentes, sobre todo por la mañana. Suele seguirnos con la mirada, enfocar su vista en nuestras caras y con acus y tatas comentar el punto y la noticia. Los mamelucos de tres meses, los que en teoría deberían ser su talla a esta edad, han quedado muy atrás. En tres meses ha duplicado su peso y se ha alargado once o doce centímetros. Una noche soñé que ya caminaba y anoche soñé que hablaba. Pronto, muy pronto.
Siempre me he sentido parte de Síntesis T.V Sentimentalmente me siento parte de ese gran equipo que dirige la señora Carolina Aubanel. Hay lugares con los que sientes una conexión profesional, una total afinidad de conceptos y formas de trabajo y ese es el caso de Síntesis. Son ya bastantes las veces que he acudido a sus programas como invitado además de la reseña literaria que por algún tiempo estuve haciendo. Pues bien, la semana pasada he debutado con una editorial en vivo en el noticiero de los martes. Y a partir de mañana debutaré con una nueva cápsula de Historia. Los Mitos del Bicentenario que publiqué en 21 números de El Informador llegan ahora a la pantalla. Es extraño; hace tiempo, muchísimo tiempo, cuando yo tenía nueve o diez años de edad, solía ir invitado a un programa de la tele regia para hablar sobre Historia. Un cuarto de siglo después, vuelvo a la tele para hablar de lo que a lo largo de todos estos años ha seguido apasionándome con la misma intensidad. Me encantaría poder ver los videos de aquel entonces. Creo que no habría demasiadas contradicciones. Mis conceptos e ideas, creo, siguen siendo los mismos. Y no, jamás estudié Historia en una universidad y sin embargo llevo 26 años adicto de un tema que entre más estudio me descubro más ignorante.
A estas alturas de la vida, creo que ya es ganancia no haberme vuelto loco. ¿Alguna dosis de razón sobrevive en esta cabeza? En cuestiones laborales nunca me había sentido como en estas semanas. Cada día es una batalla a brazo partido donde a menudo albergo dudas sobre cómo llegaré al anochecer. El celular suena ininterrumpidamente y siempre es demasiado tarde. Requerimientos aquí, urgencias allá, cosas que se traban, que salen mal, que exigen una decisión inmediata. Hay días como el viernes en los que si me pides 15 minutos simplemente no los tengo, no los poseo, no puedo cederlos. De Plaza Viva Tijuana a Plaza Las Palmas, de ahí a Otay, de Otay al Cazzar, luego la carretera, la gasolina baja, la IAVE en recargar, el Ipod en rojo, mi cerebro como comal, mi estómago un vacío, mis ideas un caos. Llegar a casa, alcanzar a cargar a Iker unos minutos, antes de prender de nuevo la computadora, checar correos, pendientes, más pendientes. Se acabó el gas. La conexión a internet es lenta, llegó el recibo del teléfono. Iker se duerme. Falta despensa, pagos pendientes. Suena el celular, caigo dormido o entro en algún reino parecido al sueño. Iker despierta en la madrugada. El amanecer ya está cerca. Me baño. Muelo un café potente y oloroso. Hierve el agua. La primera taza me tira un cable a tierra. El café me da la bienvenida a la cancha hostil de un nuevo día. Despedirme de Carolina e Iker. Carretera, océano y metal. Caseta y tráfico en la salida de Playas. La Internacional rebosante de charcos y baches. La línea hasta el culo. Las glorietas son el caos de un hoyo negro. Llegar. Encender computadora. Mil y un correos. Another Day, Another Fucking Battle, Ce La Vie.