Eterno Retorno

Tuesday, January 26, 2010


Breve recetario DSB para ser feliz en tu vida cotidiana

Han transcurrido ya 22 días desde que te levantaste con una cruda monumental el 1 de enero. A lo largo de estas tres semanas has sido bombardeado en forma inclemente con toda clase de consejos, tips, letanías y peroratas para transformarte en una mejor persona durante el 2010. Todas las portadas de las revistas y las cadenitas de facebook yacen atiborradas con superchería sobre dietas, terapias y métodos express para transformar de golpe y porrazo tu personalidad en diez sencillos pasos. Sin duda te has inscrito a un gimnasio y a lo mejor hasta te dio por empezar a hacer yoga. Enero mío no te acabes.


Aunque por sistema y religión jamás abro una cadena de Internet, es inevitable ser salpicado de vez en cuando por alguna dosis de basura. Tomo lo que me sirve, aunque en honor a la verdad casi nunca me sirve nada. A estas alturas de la existencia uno se ha arraigado a ciertos hábitos y eso que llaman personalidad se ha ido moldeando en piedra. Jamás me he clavado en el orientalismo, budismo, yoga y mamadas similares, tal vez porque lo considero el non plus ultra de lo snob y pretencioso (en México no hay budistas pobres), pero acaso haya cometido el error de rechazarlo sistemáticamente. Concedo un mínimo beneficio a la duda y no digo de ésta agua no beberé. Alguna vez también he estado a punto de ir a constelaciones pero por una u otra razón no lo hago. Cuenta pendiente.


No soy precisamente un modelo de felicidad healthy; peso más de lo que debería y tengo algunos hábitos condenables, pero al final del día el marcador final me sale siempre con goles a favor. Me siento bien. Con esta receta he encontrado algo parecido a esa cosa incierta que algunos llaman felicidad y no me he pegado un tiro. Sin duda la Cosmopolian de febrero no la incluirá en sus páginas, pero por si de algo te sirve, ahí va la receta de vida cotidiana DSB para sentirte feliz. A mí me ha servido. Estoy vivo, coleando y aquí estaré otro rato más:


I- Levántate temprano, cuando aún esté oscuro. Sí, ya se que parece consejo de Miguel Ángel Cornejo, pero a mí me va de maravilla empezar a las 6:00 a.m. No entiendo ni justifico a la gente que le cuesta horrores salir de las sábanas. El día empieza temprano y punto. Lo demás, le llames como le llames, es huevonada vil. Nunca he usado despertador ni gallo. Mi biorritmo pone a funcionar la maquinaria antes del alba.


II- El primer café del día es determinante. Yo puedo tolerar una comida desabrida, pero jamás un mal café. El café debe ser de grano, aceitoso, gourmet y con altas dosis de poder. Café preparado en prensa y recién molido. Es la única receta para enfrentar el día. Bebo unos tres o cuatro. Sin café el día simplemente no se declara inaugurado.


III- Cuando te marches al trabajo hazlo escuchando Metal a todo volumen y con un termo de café bien caliente. Aclaro que tengo carro sólo por estricta necesidad (vivo en medio de una carretera federal sin transporte público) Si pudiera iría al jale caminando o en metro o en bici (como lo hacía en Monterrey) pero de la forma que fuera, en estéreo o con audífonos, el día empieza escuchando Metal. Para la mañana es recomendable estilos energéticos como el Power Metal o el Heavy clásico o en su defecto el Hard Core. Nada de escuchar noticias en el radio ni programas de mierda. Pure Fucking Metal. El nivel de energía que alcanzas te pone al 100%.


IV- No te tomes ningún problema laboral a pecho ni te dejes afectar. Pase lo que pase, lo del trabajo en el trabajo se queda. No es tu vida ni es un fin, sino un simple medio temporal de sustento que aún en tiempo de crisis es perfectamente intercambiable.


V- Lleva siempre un libro como si fuera una pistola. Nunca sabes cuándo te asaltará un tiempo muerto, un instante patético o una conversación aburrida en donde el libro será tu única vía de escape del mundo. Aunque no lo creas, leo más en la calle que en casa. Tampoco te separes nunca de tu iPod.


VI- Date tiempo para escribir algo, aunque sea lo primero que te pase por la cabeza. Junto con el libro debes llevar también la moleskine y la pluma. Nunca pases un día sin escribir. La inspiración es una fábula. Si agarras la pluma, te juro que algo escupe. Si tienes un blog, aliméntalo. Nada más patético que un blog abandonado.


VII- Consulta a diario periódicos en línea de otros países. En mi caso no se perdona el Clarín o el País mis puntos cardinales periodísticos en el mundo. Por supuesto también debes leer el Informador de BC y claro, no debes perderte la CH . Eso basta para estar informado. El resto es mierda vil.VIII- Mientras trabajas o escribes escucha Metal y acompáñate de un buen café.


IX- Camina mucho, muchísimo. Camina tu ciudad. Es la única forma de enamorarte de ella. Mi ciudad es peligrosa y tenemos un promedio de dos a tres ejecuciones por día, pero a mí me gusta caminar sus calles y cruzar sus puentes. Mientras hay algunos tipos que rodeados de guaruras y carros blindados te exhortan a amar a Tijuana, yo le demuestro mi amor caminándola.


X- Contempla el Mar todos los días. Al ir rumbo al trabajo con el café y el Heavy Metal mi vista se clava en el Océano Pacífico y al atardecer lo mismo. Date tiempo para caminar por la playa (confieso que hace mucho que no lo hago pues la paternidad exige tiempo) Caminar la Playa es la mejor terapia existente, mucho mejor que el yoga y mierda similar.


XI- Bebe un buen vino y alguna cerveza oscura. Me parece patético tener que aceptar esto, pero la vida me ha enseñado a beber con cierta moderación, aunque de vez en cuando no está de más perder la cabeza. Eso sí, no caigas en la reverenda mamada de declararte abstemio, straight edge, AA o alguna cosa por el estilo, tan nociva como el alcoholismo mismo. Simplemente disfruta el buen vino y jamás digas, hagas o eructes algo que no dirías o harías sobrio.


XII- En la medida de lo posible, duérmete antes de la media noche.


XIII- Coge regularmente y con amor. Nunca pospongas una cogida.


XIV- Se fiel y ama a tu pareja. La infidelidad es un pedazo de mierda propia de la basura humana y la promiscuidad no te dará felicidad alguna.


XV- No busques la felicidad en religiones ni te metas a sectas o letrinas similares. Dios no existe, eso grábatelo muy bien en la cabeza. Estás solo en este mundo y al final no te aguarda cielo ni infierno. El cielo y el infierno están aquí, a tu lado, copulando en caótico matrimonio. Toda religión es nociva para la salud. La única iglesia que ilumina es la que arde.


XVI- Si tienes el tiempo, piérdete cada cierto tiempo en una librería, hojea libros improbables y compra alguno que no esté en tus planes y cuyo autor desconozcas. Se fiel a alguna revista de la que no te falte un solo número.


XVII- Jamás le digas no a un viaje y viaja tan regularmente como te sea posible. Hay un mundo a tu alrededor y no te alcanzará la vida para conocerlo. Cuando llegues a una ciudad nueva camínala, camina por horas, piérdete en sus calles y agota tus suelas. Es la única forma de embriagarte de este planeta.


XVIII- Quiere mucho a los animales y ten uno siempre cerca de ti. Trata a tu mascota como alguien de la familia.


XIX- Cuando un buen concierto metalero se aproxime a la región, trata de acudir y vuélvete tan loco como puedas.


XX- Nunca olvides que tu Muerte es tu única consejera. Piensa siempre en la omnipresencia de tu Muerte. Imagínala sentada de copiloto o caminando a tu lado mientras vas por una calle. Tu Muerte te es fiel y debes amarla, pues siempre estará a tu lado. Cada día debes iniciarlo pensando que puede ser el último. Only Death is Real.


XXI- Ama a los tuyos y trata de estar siempre con ellos. Jamás lastimes en modo alguno a los que amas. Uno no puede ir por el mundo repartiendo amor y sonrisas, pero a los tuyos ámalos al máximo. Nunca será suficiente.


XXII- Pon todo tu esfuerzo y empeña tu vida para que la infancia de tu hijo sea feliz. La vida adulta está llena mierda y sinsabores, pero la infancia puede ser absolutamente mágica si facilitas a tu hijo las condiciones necesarias para que así sea y la principal es el amor. Ámalo y no te canses de demostrarlo.