Físicamente me siento bien. He quemado algunos kilos en el gimnasio y traigo buena condición para correr Digo, no es de atleta olímpico, pero creo que nunca en mi edad adulta me había sentido tan en forma. Sin embargo mi cansancio mental es ya inocultable. Mi cabeza está reventada. Las neuronas simplemente se han declarado en huelga, la vena creativa yace derretida en algún paraje agreste mientras el hartazgo y la conciencia del absurdo más absoluto se apoderan de todo. Sólo resta correr, sudar a mares y tratar de jugarle trampas al insomnio para poder dormir de una jodida vez por todas. Esas son mis únicas alternativas ahora que he empezado a perder la costumbre de pensar.
Off
El equilibrio se convierte en una ficción, el entorno son turbulentas tinieblas, un amasijo de neuronas girando al revés en un carrusel demente. Como herencia sólo queda el soberano ridículo, la cruda moral, el preguntar vida y obra nocturna de ese tipo embrutecido que se supone eras tú mismo.
Pronósticos fallidos
Por supuesto y como era de esperarse, todos mis pronósticos mundialistas han fallado. Ojalá que nadie me haya hecho caso. Por supuesto y como era de esperarse, he tenido que hacer milagros para poder ver todos los partidos, pero por fortuna los milagros suelen consumarse. El partido de las 6:00 de la mañana me lo quemo de cajón y en plena alta mar de horario laboral, me doy mis mañas para ver el de las 12:00.
Está bueno el mundialito la mera verdad. Más de una soberana decepción como los países de Europa del Este y los Balcanes, una sorpresota con Ecuador y una emoción con la Albiceleste. Argentina tiene carne de campeón señores. Por lo que respecta a mi México no tengo duda alguna de que avanzará a octavos de final. Quiero creer que es pan comido sacarles un empate a los suplentes de Portugal y hasta un triunfo, por qué no. El problema es que de la misma forma que puedo asegurar que el Tricolor entrará a Octavos, también tengo la triste seguridad de que no pasará de ahí. Toque quien toque, sea Holanda o sea Argentina, será el último partido de la esperanza verde. España pinta para cosas grandes, República Checa una de cal y otra de arena, Ghana es un derroche de ritmo y agresividad, Francia está dormida, Brasil jugando a medio gas, Alemania supliendo con un enorme corazón combativo la falta de futbol e Inglaterra resolviendo el crucigrama con sobrio juego aéreo.
GNR
He pasado la tarde escuchando Guns n Roses. Bonita dosis de nostalgia. Una relación ambivalente la que he tenido con esa banda. El Appetite for Destruction me sedujo a los 14 años de edad, en aquel mítico verano que viví Fort Collins Colorado, pero un año más tarde aborrecía a Axel y a su pandilla por posers y hollywoodenses, traidores a la verdadera esencia del metal. Era 1991 y fue el año en que mis oídos únicamente admitían death metal y hard core extremo y en el que toda esa parafernalia glammer me parecía ridícula y pretenciosa. Claro que ello no impidió que disfrutara en grande su concierto en Monterrey en 1993 en el estadio de los Tigres. Con el paso de los años y la sana distancia de la edad adulta, los escucho divertido y con más de un dulce recuerdo en la cabeza. Las pistolas y las rosas nunca llegarán a ni a los píes de dioses sagrados como Iron Maiden, Mötorhead y Black Sabbath, pero después de todo son rock and roll, bueno para una fiesta, un digno sound track para tomarse unos Jack Daniels, algo que extraño mucho en este instante.
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El equilibrio se convierte en una ficción, el entorno son turbulentas tinieblas, un amasijo de neuronas girando al revés en un carrusel demente. Como herencia sólo queda el soberano ridículo, la cruda moral, el preguntar vida y obra nocturna de ese tipo embrutecido que se supone eras tú mismo.
Pronósticos fallidos
Por supuesto y como era de esperarse, todos mis pronósticos mundialistas han fallado. Ojalá que nadie me haya hecho caso. Por supuesto y como era de esperarse, he tenido que hacer milagros para poder ver todos los partidos, pero por fortuna los milagros suelen consumarse. El partido de las 6:00 de la mañana me lo quemo de cajón y en plena alta mar de horario laboral, me doy mis mañas para ver el de las 12:00.
Está bueno el mundialito la mera verdad. Más de una soberana decepción como los países de Europa del Este y los Balcanes, una sorpresota con Ecuador y una emoción con la Albiceleste. Argentina tiene carne de campeón señores. Por lo que respecta a mi México no tengo duda alguna de que avanzará a octavos de final. Quiero creer que es pan comido sacarles un empate a los suplentes de Portugal y hasta un triunfo, por qué no. El problema es que de la misma forma que puedo asegurar que el Tricolor entrará a Octavos, también tengo la triste seguridad de que no pasará de ahí. Toque quien toque, sea Holanda o sea Argentina, será el último partido de la esperanza verde. España pinta para cosas grandes, República Checa una de cal y otra de arena, Ghana es un derroche de ritmo y agresividad, Francia está dormida, Brasil jugando a medio gas, Alemania supliendo con un enorme corazón combativo la falta de futbol e Inglaterra resolviendo el crucigrama con sobrio juego aéreo.
GNR
He pasado la tarde escuchando Guns n Roses. Bonita dosis de nostalgia. Una relación ambivalente la que he tenido con esa banda. El Appetite for Destruction me sedujo a los 14 años de edad, en aquel mítico verano que viví Fort Collins Colorado, pero un año más tarde aborrecía a Axel y a su pandilla por posers y hollywoodenses, traidores a la verdadera esencia del metal. Era 1991 y fue el año en que mis oídos únicamente admitían death metal y hard core extremo y en el que toda esa parafernalia glammer me parecía ridícula y pretenciosa. Claro que ello no impidió que disfrutara en grande su concierto en Monterrey en 1993 en el estadio de los Tigres. Con el paso de los años y la sana distancia de la edad adulta, los escucho divertido y con más de un dulce recuerdo en la cabeza. Las pistolas y las rosas nunca llegarán a ni a los píes de dioses sagrados como Iron Maiden, Mötorhead y Black Sabbath, pero después de todo son rock and roll, bueno para una fiesta, un digno sound track para tomarse unos Jack Daniels, algo que extraño mucho en este instante.