No más futbol mexicano
No pienso ver lo que resta de la liguilla del futbol mexicano. No tengo el más mínimo interés en desperdiciar mi tiempo con semejantes bodrios. Sin los Tigres, no tiene ningún sentido para mí seguir el futbol mexicano. Sería tanto como pasar la noche contemplando un cielo sin estrellas cubierto por el smog, como escuchar una rola de heavy metal sin guitarra ni batería, como casarte y no besar a la novia, como ir al Valle de Guadalupe y no beber vino, como estar en Praga y no ahogarse en cerveza. Una liguilla sin los Tigres simplemente no tiene sentido No me importa quien la gane o quien la pierda. Todos esos equipos que quedan me generan un tedio insoportable. Una indiferencia absoluta. Aunque bueno, si puedo pedir un desinteresado deseo, me gustaría enterarme que la ganó América y de preferencia que se la gane a los Monarcas en su casa, en un partido plagado de pifias arbitrales. Y es que el único placer que me puede reservar lo que queda de este mediocre torneo, es ver sufrir a los tvaztecos y escucharlos chillar mientras se les retuerce el estómago hablando de árbitros vendidos a Televisa. Una escena así, sería capaz de provocarme una gran sonrisa. Por lo pronto, me preparo para la visita a Manizales y espero con ansias el juegazo de juegazos en Estambul.
No pienso ver lo que resta de la liguilla del futbol mexicano. No tengo el más mínimo interés en desperdiciar mi tiempo con semejantes bodrios. Sin los Tigres, no tiene ningún sentido para mí seguir el futbol mexicano. Sería tanto como pasar la noche contemplando un cielo sin estrellas cubierto por el smog, como escuchar una rola de heavy metal sin guitarra ni batería, como casarte y no besar a la novia, como ir al Valle de Guadalupe y no beber vino, como estar en Praga y no ahogarse en cerveza. Una liguilla sin los Tigres simplemente no tiene sentido No me importa quien la gane o quien la pierda. Todos esos equipos que quedan me generan un tedio insoportable. Una indiferencia absoluta. Aunque bueno, si puedo pedir un desinteresado deseo, me gustaría enterarme que la ganó América y de preferencia que se la gane a los Monarcas en su casa, en un partido plagado de pifias arbitrales. Y es que el único placer que me puede reservar lo que queda de este mediocre torneo, es ver sufrir a los tvaztecos y escucharlos chillar mientras se les retuerce el estómago hablando de árbitros vendidos a Televisa. Una escena así, sería capaz de provocarme una gran sonrisa. Por lo pronto, me preparo para la visita a Manizales y espero con ansias el juegazo de juegazos en Estambul.