Refugios y heterónimos
La creación de un personaje heterónimo y de un santuario destinado a transformarse en eterno abrevadero de ideas y en refugio cuando hay demasiado sobredosis de realidad, es un vicio al que no he podido substraerme.
Desde que era muy niño, nació en mí la idea de Daxdalia. No me acuerdo cuando empecé a pensar en ese terruño. Debe haber sido a los ocho o nueve años de edad. Llegué incluso a dibujar mapas, con sus ciudades (Drudolph, la capital), sus montañas, sus ríos, sus lagos y puertos. Daxdalia sobrevive. Personajes ha parido muchos mi imaginación, pero Amber Aravena ha sido la única que amenaza con ser eterna. Muere y resucita alternativamente. Recuerdo que mi primo Héctor también había creado un país (¿Peniburgo?) cuyos mapas eran mucho más detallados y precisos que los míos. ¿Subsistirá aún ese país?
Gerardo Ortega creó a Miguel Fartúa como personaje y creó a Yadivia como un lugar-persona mito cuya génesis me parece extraordinaria.
Yo vuelvo cada cierto tiempo a Daxdalia, a veces como turista y otras tantas, cada vez más frecuentes, como exiliado.
La creación de un personaje heterónimo y de un santuario destinado a transformarse en eterno abrevadero de ideas y en refugio cuando hay demasiado sobredosis de realidad, es un vicio al que no he podido substraerme.
Desde que era muy niño, nació en mí la idea de Daxdalia. No me acuerdo cuando empecé a pensar en ese terruño. Debe haber sido a los ocho o nueve años de edad. Llegué incluso a dibujar mapas, con sus ciudades (Drudolph, la capital), sus montañas, sus ríos, sus lagos y puertos. Daxdalia sobrevive. Personajes ha parido muchos mi imaginación, pero Amber Aravena ha sido la única que amenaza con ser eterna. Muere y resucita alternativamente. Recuerdo que mi primo Héctor también había creado un país (¿Peniburgo?) cuyos mapas eran mucho más detallados y precisos que los míos. ¿Subsistirá aún ese país?
Gerardo Ortega creó a Miguel Fartúa como personaje y creó a Yadivia como un lugar-persona mito cuya génesis me parece extraordinaria.
Yo vuelvo cada cierto tiempo a Daxdalia, a veces como turista y otras tantas, cada vez más frecuentes, como exiliado.