Estoy escribiendo como un poseso. Existen ocasiones en que una ficción me agarra de los huevos y simplemente no puedo parar de escribir. En esos casos, el mundo exterior me parece un estorbo. Escribí unas 16 cuartillas este día. Es un proyecto que traigo masticando este verano. Ficción sobre ficción, historias narradas dentro de las historias en la más pura tradición de Cervantes. Desde un tiempo para atrás siento asco por la política, pero nunca antes como en estos días me había generado tan extrema repugnancia. Tener que ponerle freno a mi inspiración desbocada para darme a la tarea de escribir sobre el proceso electoral de nuestra entidad me genera algo más que nauseas.
Nunca antes había deseado tanto no estar en mi papel y ser libre para sumergirme absolutamente en mis ficciones. Tal vez por esta semana no atiborre el blog como acostumbro. Confieso que estoy hasta la puta madre de encontrar nachonianos y anti nachonianos en el tag, pero soy respetuoso de la libertad de expresión. Está usted en su tag, aunque les sugiero amablemente que cambien de tema.
Brasil no mereció ganar la Copa América. Arriba la albiceleste. En este caso los papeles se invierten: Le voy a las rayas azules sobre el color amarillo, lo que al píe del Cerro de la Silla sería simplemente una blasfemia. Vivimos en la era de la post política. Las ideas han sido sepultadas, pero aún así me da algo de risa escuchar a alguien exhortar a luchar contra el mal y la perversidad.
Henning Mankell tiene un imán sobre mi persona. Podría resolver sus crímenes ahorrándose unas 350 páginas, pero al escandinavo se le perdona hasta el derroche de detalles en apariencia innecesarios. Carolina ha preparado una pizza riquísima, el merlot Canepa es suculento y el nuevo disco de Over Kill me recuerda que no hay nada más irreverente que un thrash metal descarado. Seguiremos informando.