Eterno Retorno

Tuesday, February 17, 2004

Sobre la Sant?sima

En un error pensar que la Sant?sima es una deidad a la que se adora para pedir la Muerte de alguien.
Ser?a hip?crita que yo dijera que no lo deseo la Muerte a nadie (aunque jam?s a mi t?o y paisano Carlitos Salinas, padre del M?xico moderno neo liberal y globalizado, que pronto retornar? a la Presidencia como un Santana glorificado ja, ja ,ja.), pero no se trata de orar para pedir que la Blanquita se lleve a alguien.
Mario me pregunta en el tag qu? si le rezo a La Muerte para pedir que se lleve a alguien. No es el caso. No, la devoci?n por La Muerte no tiene que ver con desear el sufrimiento de los dem?s. De entrada debo aclarar que no soy un devoto de la Sant?sima que siga los rituales de este culto. Para empezar, porque dicho culto sincr?tico como todas las creencias mexicanas, tiene elementos cristianos y por ende no puedo practicarlo, pues yo soy un enemigo de todo lo que huela a Cristo. Mi gran inter?s por ese culto y mi muy particular forma de respeto a La Muerte obedece a la raz?n de que la identifico como la ?nica figura, ll?male hecho biol?gico, proceso o pasaje a otro mundo, absolutamente real.
Como bien se dice en el cuento de ?El m?dico yaqu?, es la ?nica figura que es absolutamente igualitaria con ricos y pobres, blancos y negros.
La ?nica realidad incuestionable es que todos estamos desahuciados desde el momento de nuestro nacimiento. Y la mejor ense?anza que me dejaron los libros de Carlos Castaneda, es aquel consejo de Juan Matus en Viaje a Ixtl?n de tomar a tu Muerte como consejera. La Muerte siempre camina al lado tuyo, siempre, durante todo el camino de tu vida, la Blanquita ir? a tu lado, hasta que un d?a te tocar? el hombro. Lo mejor es llevarse bien con ella, tenerla siempre presente, pedirle consejos. Es una compa?era fiel, justa y hasta cari?osa.