Si hoy como a mí les da por descorchar un pendenciero licor de malevaje, entonces beban y brinden a la salud del gran Rubem Fonseca, un hombre con cara de eternidad capaz de asestar trancazos contundentes y concretos, como una rola jarcorera de los Ratos de Porao. Hoy diremos Feliz Año Nuevo en pleno abril y los corazones solitarios llevarán collar de perro; Mandrake litiga en siniestros ministerios límbicos y el Cobrador cobrará en un más allá donde Ipanema es pura sospecha y negritud.
PD- Por cierto ¿sabían que Rubem presenció el Maracanzo? Él estaba en el estadio aquel 16 de julio del 50. Hoy sin duda ya ha ido a saludar a Alcides Ghiggia, a Barbosa y a mil y una mujeres de criminal estirpe.
2- PD- Mi nombre es Mandrake. Soy abogado criminalista. El caso que voy a relatar comprueba, como dijo alguien cuyo nombre no recuerdo, que la verdad es más extraña que la ficción porque no está obligada a obedecer a lo posible.
Thursday, April 16, 2020
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