Eterno Retorno

Tuesday, March 20, 2018

Tengo la fortuna de leer y haber leído siempre lo que me da la regalada gana, sin censuras ni imposiciones por lo que la moda, el espíritu de la época o lo políticamente correcto manden. Como soy un lector omnívoro y hedonista, leo de todo y lo hago por puro y vil principio del placer, tratando de disfrutar mi lectura más allá de prejuicios y condicionamientos. La buena literatura es tan chingona, que suele volar siempre sobre los pantanos, las hogueras y las mentes mojigatas. Leo y seguiré leyendo guiado solo por el instinto y el disfrute, pero en nuestro ágora digital están de moda las quemas de brujas. Me asomo al Facebook y me parece estar viendo una vociferante turba de aldeanos medievales armados con antorchas y picas, listos para incendiar la casa de la hechicera del pueblo que ha traído plagas y tormentas. Veo un tribunal de talibanes digitales ordenando fuego para los textos blasfemos, un consejo de guerra estalinista enviando a Siberia a quienes ponen en duda el edén comunista, un auto de fe inquisitorial contra los herejes. Quemad a Vargas Llosa, quemad a Nabokov y ya entrados podemos quemar las Putas tristes del Gabo, a las Bellas durmientes de Kawabata y a todas las chicas de Sade. Yo les pregunto a todos los que están encendiendo la lumbrita para quemar los libros del peruano: ¿neta lo han leído? ¿Le entraste sin prejuicios al Chivo y a la Catedral? ¿De perdido leíste Los cachorros en la prepa? ¿O tan solo lo ubicas como un viejo derechoso que sale en la portada del Hola? ¿Viste la entrevista completa con Aristegui? ¿Entendiste el contexto o solamente vas a hacerle coro al tren del mame? Y ya entrados en gastos: ¿Neta has leído Lolita? ¿De verdad sabes qué pedo con Celine y por qué exigen censurar su reedición en Francia? ¿Sabes de qué habla Marito cuando habla de Bataille? ¿O te limitas a cacarear y repetir lo que el otro aldeano con antorcha grita a tu lado? No se hagan bolas raza ni se ahoguen en tormentas en vasos de agua puerca. Los políticos y las campañas pasan y se olvidan, pero la buena literatura suele aguantar la prueba del añejo. Nunca en toda mi vida he quemado o tirado un libro por no comulgar con las ideas del autor y tampoco le he dicho a alguien “por nada del mundo leas a este escritor”. Cierto, hay cientos o miles de libros que me han aburrido o me han decepcionado porque no dan el kilo en lo literario y acabo regalándolos (y por cierto nunca he regalado un ejemplar de Vargas Llosa o de Nabokov), pero estoy consciente que hasta el peor bodrio del mundo puede encontrar su lector. Yo no comulgo con las ideas de Eduardo Galeano y sin embargo tengo casi todos sus libros y disfruto muchísimo leyéndolos porque es un prosista excepcional, simplemente chingón. Ya en serio: aliviánense raza. Lean, disfruten, vivan y aprendan a dejar vivir.