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Así que Londres era eso. ¿El laberinto rojo del Aleph? Dosis de luz y muralla romana en los minutos robados al amanecer. Un cielo despejado, sombrillas sobre prado verde, gente bebiendo cerveza aunque hubo por supuesto una postalita estereotípica de Támesis arrumbado y pantanoso; un Támesis verde y rebosante de lama drenando entre los edificios al final del cual yacía el salvaje norte y los campos de batalla hooligan. Londres de iPad y compulsiva selfie, el primer retrato europeo en la presumida era del libro- cara. Cuando de viajar se trata…siempre quedará Bretaña en algún rinconcito del subcionsciente