Voy a tatuarme un tigre. Acaso a estas alturas sea lo más coherente en mi vida. No tengo todavía un modelo de tatuaje, pero me queda claro que será un tigre tribal o abstracto. Por ahora imagino solamente rayas negras circulares sin pizca de color amarillo.
Lo que por ahora importa es que he decidido hacerme ese tatuaje. Si un día este relato se publica y algún capricho de la aleatoriedad lo lleva a encontrar lector, lo más probable es que para entonces el tigre ya habite bajo mi piel y el comienzo de esta historia sea obsoleto. El hombro derecho parece ser el sitio designado para el nuevo tatuaje (pues el izquierdo ya está ocupado por el Martillo de Thor) pero para ser franco aun no estoy del todo convencido. El derecho es y ha sido el lado malo de mi cuerpo, el hemisferio débil donde suelen ocurrir las catástrofes. El problema es que la vecindad del tigre con Mjolnir no se antoja armónica.
Thursday, July 23, 2015
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