Eterno Retorno

Monday, February 12, 2024

De horcas y ahorcados es el racimo

 


Por la tarde me reúno con Pablo. Nunca he tenido secretos para mi mejor amigo, pero he decidido mejor no contarle nada de mis planes. Lo peor que podría suceder sería que lo involucraran en el crimen tratando de fabricarle una complicidad.

Creo que Pablo intuye la proximidad del fin. Me conoce demasiado bien para saber que pasa algo, pero no me hace preguntas. He querido transformar a Pablo en una suerte de albacea de mi modestísimo legado literario. Le dejo el manuscrito inacabado de El magnicidio como una de las bellas artes  y una versión corregida de Ipanema se muere hoy.  En silencio fumamos y bebemos te de mariguana. El demacre y la delgadez de Pablo  empiezan a tomar tintes mórbidos. Su rostro es cada vez más cercano a una calavera cubierta de pellejo. 

Pese a la heroína y a su posible contagio de sida, Pablo tiene el ánimo de dibujar cuando le pido que imagine una portada para El magnicidio como una de las bellas artes. Pinta una maraña o una mata de algo que no alcanzo a distinguir. Parece un racimo de uvas,  pero al observar el dibujo me doy cuenta que las decenas de pequeños círculos en que acaban las ramitas están huecos y tienen un nudo en el borde. No es un racimo de uvas, es un racimo de horcas. Míralo bien: cada ramita se transforma en una soga cuyo nudo está listo para colocarse sobre un cuello. Después me pide que sobre cada horca dibuje un monito que represente a alguien. Pienso primero en aquellos suicidas que optaron por colgarse y el primero que acude a mi mente es Ian Curtis. Después pienso en Foster Wallace y su infinita broma. Luego dejo de concentrarme en ahorcados y empiezo a dibujar a toda mi galería de suicidas y magnicidas, a aquellos que tras mil y un noches de insomnios y patinajes de alto riesgo en el precipicio de la razón decidieron apagar la luz antes de que alguien la apagara por ellos. Dibujé a Sebastián y a Genaro, a mis padres, a Pablo y por supuesto me dibujé a mí. Ya no era un racimo de horcas sino un racimo de ahorcados que serían planchados y aplastados como uvas para hacer un vino. El vino de los que se embriagaron de infierno y brindaron con sus demonios.