Eterno Retorno

Monday, August 29, 2022

el viaje duermevelero ampliamente recompensado

 


 

La catarsis del caos aeroportuario, el viaje duermevelero ampliamente recompensado. Aeropuertos, salas de espera, compartimento de maletas, fechas fatales y unas seis escalas. Comenzamos en lo profundo de la Madrugada con el aeropuerto biblioteca de Praga, con su media luz de claustro y sus muros tapizados de incunables, una abadía a lo Nombre de la Rosa en una sala de abordar. Sentado en su butaca, el Maestro yacía en el Paroxismo.  Después el desbarajuste, la pérdida del disperso equipaje. Viajábamos con la bici y el calentador, con bolsas de compra repletas de periodicuchos y suplementos culturales donde se anunciaba alguna tocada de Nortec donde los músicos tenían nombres como el Licenciado, el Inge. Salida al caótico exterior de un aeropuerto caluroso. Alguien puso una cámara sobre una de mis mochilas. ¿Dónde estamos? ¿Hemos dado vuelta en U y retornamos a Portugal? ¿Estábamos en Portugal? No, un letrero de madera me hace ver que estamos en un aeropuerto en alguna provincia de la India. Al parecer nos dirigimos a Oriente, Japón tal vez. De pronto ya estamos ahí y a la Cone le ha llamado la atención una menudita mujer en kimono, chaparrita a la fuerza, con pies y cuerpo empequeñecidos por métodos artificiales rayanos en la tortura. Mírala, parece una irreal muñequita. Pedro viaja con nosotros y afuera de otro aeropuerto intenta ligar con alguna espontánea ante la que jura tener 45 años. Paramos en otro aeropuerto arriando chivas. Nos han robado o hemos perdido el calentador. Eso nos pasa por húngaros y acarreadores. En la terminal hay un caos. Parece que el Papa Francisco anda de rol por estos lares. Lo extraño es que el avión también ha encallado en Monterrey y andamos en bicicleta por Fleteros y cigarrera con el Maestro. Me pregunto si en Monterrey he de hospedarme en Río San Juan o en San Jerónimo. La vieja casa sigue en pie, pero es una  Usher que ha sido derrumbada y sus cimientos y muros son de vapor. Mi abuela es un espíritu y un esqueleto y la biblioteca es pura tiniebla uterina.