Los hombres de letras pocas veces se ocupan de los científicos, pero la historia de vida de un cazador de bacterias puede transformarse en la más fascinante novela de viajes y aventuras si la sabemos narrar. En Peste y Cólera, Patrick Deville narra el periplo de un personaje excepcional, el médico suizo Alexandre Yersin, el aventajado discípulo de Louis Pasteur que en 1894 descubrió el bacilo de la peste bubónica. No es poca cosa dar con la bacteria que en el Siglo XIV fue capaz de exterminar a más de la mitad de la población de Eurasia. Al momento en que Yersin da con la vacuna, cinco siglos y medio después de la danza de la muerte negra en Europa, la peste bubónica seguía matando decenas de miles de personas en Indochina. Lograr cazar a este bacilo, bautizado como Yersenia Pestis, salvó a la humanidad de uno de sus enemigos más despiadados. Deville logra contagiarnos la pasión con la que Yersin se entrega a la búsqueda de la bacteria y la creación de la vacuna, de la misma forma que un explorador recorre los mares en busca de tierras ignotas. Creo que se deberían escribir más historias sobre científicos. En lo personal, solo una vez he escrito una crónica dedicada a un hombre de ciencia: se llama Cartógrafos del mundo nano y tiene como personaje principal a Roberto Vázquez, experto en nanotecnología. Creo que si algo me queda en herencia después de estos aciagos días, es la certidumbre de que el futuro mediano escribiré más sobre los guerreros de la ciencia. Son ellos, y no los políticos, lo que acaban siempre por salvar al mundo. Por lo que a Patrick Deville respecta, solo puedo decirles que vale la pena leer toda su obra. En cuestión de forma y estructura, este señor fue mi mayor influencia a la hora de escribir el Samurái.
Sunday, March 22, 2020
<< Home