Nuevos mapas del limbo transpeninsular
Es un libro de entre 200 y 210 cuartillas conformado por 21 relatos sobre lugares legendarios de las Californias, cuya estructura es un tributo a las antiguas crónicas de viajeros y a los mapas fantásticos elaborados por cartógrafos en la era de las grandes exploraciones.
La historia comienza cuando Ánimas Rocafuerte, ya moribundo, encarga a la reportera Betina Ángeles el rescate y compilación de unas crónicas viajeras que conformarán el segundo bloque de la Enciclopedia apócrifa de las Californias. Betina relee los testimonios, escritos cada uno de ellos por un viajero diferente y al encontrarlos dispersos e incompletos, decide llenar ella misma los vacíos dando rienda suelta a la imaginación o emprendiendo sus propios viajes en busca de ruinas o vestigios que certifiquen la existencia de los sitios narrados.
Betina va narrando su propio periplo y el de los viajeros ficticios mientras va describiendo los lugares, con sus habitantes y leyendas. Lo que leeremos es su propia crónica testimonial como viajera, alternando con los testimonios que va recopilando y construyendo. Aunque los sitios son reales o en algunos casos legendarios, la ficción se impone a la realidad.
Junto con Betina viajamos por las Islas Coronado y el legendario casino de Al Capone; La Chinesca y sus fumaderos de opio ocultos en laberintos subterráneos; los precipicios de La Rumorosa y su cofradía de fantasmas y aparecidos junto con su mítico manicomio; la Isla de Guadalupe y su santuario de tiburones blancos; el Foreign Club, el Nelson, el Casino Agua Caliente y los altares de la legendaria Sodoma de los años 20; el gran desierto transpeninsular y el lenguaje de sus piedras; la fiebre gambusina en la Ensenada decimonónica y el edén vinícola que los prófugos rusos molokanos construyeron en San José de la Zorra.
El libro concluye con el ensanchamiento de la gran falla geológica que acabará por desprender la península bajacaliforniana de la plataforma continental
Nuevos mapas del limbo transpeninsular abreva de libros como Las ciudades invisibles de Italo Calvino y Danubio de Claudio Magris. Su intención es jugar con una cartografía híbrida al estilo de los mapas medievales en donde a un lado de islas reales aparecen dragones marinos y abismos oceánicos.