La noche del sábado, mientras presentábamos Dispárenme como a Blancornelas en el Franz Praga, se mató Ignacio Padilla. Aunque jamás olvido que la Muerte camina siempre nuestro lado, la repentina partida de un escritor que estaba en plenitud creativa no deja de impresionarme. Gran cuentista, pero sobre todo un ensayista fuera de serie. Grande Nacho. Tiempo de navegar a la Isla de las tribus perdidas e invocar la llama del encendedor a la media noche.
Monday, August 22, 2016
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