En el país donde vivo la visita de un presidente trastorna a una ciudad entera. Un desparrame obsceno de militares, peloncitos trajeados del estado mayor e inmundicias semejantes se encargan de que te enteres puntualmente de que en la ciudad está de visita un tipo que jura ser importante.
En el país donde vivo los medios dan por hecho que un presidente merece la primera plana aunque no haga nada relevante. Su sola presencia justifica la portada, porque bajo el criterio de nuestros medios nada hay más importante que el inquilino de Los Pinos.
En el país donde vivo la muerte de una cerda vulgar y sin talento es tragedia nacional.
Un país que es capaz de votar por alguien como Peña Nieto para que sea su presidente y de considerar a Jenni Rivera una gran artista, es un país que está podrido en lo más profundo de su ser.
Wednesday, December 12, 2012
<< Home