Eterno Retorno

Monday, November 26, 2012

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos, dijo Shakespeare. Hoy este condenado destino tahúr me arroja barajas improbables, fatales combinaciones capaces de condenarte a los infiernos más temidos, aunque de vez en cuando saca ases bajo la manga con resplandores de gloria y destellos, solo destellos, de algo parecido a lo promisorio. Ciclos fatales, cuentas regresivas. Si algún Nostradamus me hubiera narrado hace una década las circunstancias del otoño 2012 hubiera sentido algo parecido al terror y me habría dejado carcomer por esa angustia tan propia de mis años jóvenes. Y vaya que hay razones para angustiarse, aunque por ahora me sostengo en algo parecido a cierta serenidad que pretende basarse en una suerte de sexto sentido o corazonada, si bien la realidad, la puta realidad, te muerde y te patea mirándote a los ojos, diciéndote aquí no hay sitio para ti. Sobrevivir, como un animal en una sabana en sequía, donde los lagos son arena, los pastizales cardos secos y las gacelas esqueletos. Añejo dilema humano: sobrevivir, llevar el sustento, seguir adelante, mantenerse en esta vida, que pese a todo, sigue.