Eterno Retorno

Sunday, January 09, 2011



Centenarios y bicentenarios del 2011


Por Daniel Salinas Basave

Se acabó el 2010 y para algunos simplemente se agotó la Historia. Los aficionados a los temas de moda se conformaron con su coloso, sus estériles celebraciones, su fugaz telenovela y a otra cosa mariposa, pues el tema, según ellos, llegó a su fin. Otros serán los tópicos en boga durante 2011 que los consumidores de novedades devorarán y desecharán con la premura de quien deglute una comida rápida. Por fortuna, para quienes somos víctimas de la adicción por la Historia, el tema no se agota nunca y cualquier día de cualquier año es un buen momento para profundizar y debatir en torno a nuestro pasado. Escribí, hablé y discutí sobre Historia muchos años antes del Bicentenario y lo seguiré haciendo mientras esté vivo, pues este vicio, ya me ha quedado claro, no conoce rehabilitación posible. El 2010, digamos, fue un buen pretexto para subir este tema dentro de la gran pasarela, pues por vez primera las librerías comerciales incluyeron libros de Historia en sus aparadores principales compartiendo espacio junto con los eternos textos de superación y liderazgo o los libros relumbrón sobre narcotráfico, vampiros y escandalera política diversa. Por fortuna, el 2010 nos dejó algunos textos y reflexiones que amenazan con resistir la prueba del tiempo y sin duda algunas personas, que hasta ahora se habían mantenido apáticas e indiferentes en torno al tema, seguirán leyendo e investigando por su cuenta tomando el festejo del Bicentenario como un punto de partida para llegar a mayores profundidades y no un simple destello de luces artificiales. Ahora, si lo que necesitamos es que se cumplan cien o doscientos años para subir temas a la palestra, justo es señalar que en 1811 y 1911 sucedieron más cosas dignas de recordarse que en 1810 o 1910. Por lo pronto, hagamos un fugaz repaso de los centenarios y bicentenarios que recordaremos en este 2011. ¿Qué estaba pasando en México al iniciar 1811? El cura Hidalgo festejó el Fin de Año en Guadalajara con una junta de gobierno insurgente parcialmente establecida, un decreto de abolición de la esclavitud recién redactado y el primer periódico libertario del país, El Despertador Americano, viviendo sus días de efímera circulación. El problema es que Félix María Calleja ya andaba muy cerca y la modorra navideña les duró poco a los insurgentes. El 17 de enero de 1811, Calleja y el Conde de la Cadena, Manuel de Flón, se enfrentaron a los insurgentes afuera de Guadalajara, en Puente de Calderón. Las tropas de Hidalgo eran más numerosas, pero Calleja tenía la estrategia y la fortuna de su parte y un cañonazo realista acertado sobre un gran carro de artillería, sembró el terror y el caos entre las filas hidalguistas que jamás se recuperarían de tan devastadora derrota. Con su ejército diezmado y despojado del mando por Allende, que por esos días planeó envenenarlo, Hidalgo enfrentó sus últimos meses de vida en una espiral de decadencia en su camino rumbo al norte, hasta que el 21 de marzo de 1811, en la Acatita de Baján, Ignacio Elizondo consumó su traición y cubrió de cadenas a todos los jefes insurgentes. Hidalgo, Allende, Jiménez, los Aldama y toda la primera generación de caudillos fueron fusilados (con excepción del delator Abasolo, salvado por su esposa) El próximo 30 de julio recordaremos doscientos años del fusilamiento de Hidalgo en Chihuahua. 1811 fue el año en que se conformó la Junta de Zitácuaro, encabezada por Ignacio López Rayón, una suerte de cabildo insurrecto que se encargó de mantener la representación legal del movimiento. También fue el año en que el Caudillo del Sur, José María Morelos, empezó a dar dolores de cabeza entre Chilpancingo y Acapulco dando inicio a la fase más contundente del movimiento de Independencia, tanto en lo político como en lo militar. Ahora bien ¿Qué estaba pasando en México al iniciar 1911? Sin duda Porfirio Díaz celebró una apacible Navidad, pues nada indicaba en ese momento que la revuelta norteña pudiera dar grandes dolores de cabeza a su régimen. Salvo el episodio de los hermanos Serdán en Puebla y alguna que otra escaramuza en Ojinaga y Ciudad Guerrero, en 1910 no había pasado nada o casi nada como para pensar que don Porfirio se tambaleaba, pero en 1911 cambiaría la suerte de los revolucionarios. En 1911 se sublevó Zapata en Morelos mientras que las tropas de Pascual Orozco y el entonces coronel Francisco Villa, derrotaron al ejército porfirista del general Navarro en Ciudad Juárez en el mes de mayo. Mientras Porfirio Díaz firmaba su renuncia a la presidencia el 25 de mayo y se marchaba para siempre de México, una tropa conformada por anarquistas magonistas, aventureros y caza-fortunas de distintas nacionalidades, hacía de las suyas en Baja California. En este 2011 los bajacalifornianos celebraremos el centenario de la efeméride revolucionaria más trascendente de nuestra historia y sin duda la más polémica, pero eso ya será materia de futuras columnas. En 1911 se firmó el Plan de Ayala, embrión de la reforma agraria y se celebró también la primera elección presidencial absolutamente democrática, que llevó a Francisco I. Madero a su efímera presidencia que asumió el 6 de noviembre. Como podemos ver, 1811 y 1911 fueron años clave en la Historia de México y si lo que queremos es tela de donde cortar para seguir hablando sobre Historia, la verdad es que tenemos de sobra y el final del 2010 no es motivo para quedarnos callados. Al contrario, esto es apenas el principio.