Eterno Retorno

Tuesday, December 09, 2008

A manera de diario de viaje y sin mucho tiempo por escribir, comencemos por el principio.

22 de de Noviembre

Todo primer día es irreal y el desembarco lleva a cuestas la carga de lo onírico. Un calor de sofocante primavera tatemaba Buenos Aires. Esa noche la filarmónica de Berlín tocó gratis en el Obelisco, pero yo cambié a Wanger por los cuervos de Boedo y me fui al Nuevo Gasómetro a ver perder a San Lorenzo 1-3 con Lanús.

23 de Noviembre

Comida de reconocimiento y rompehielos en la terraza de un hotel con vista a la 9 de Julio. 34 reporteros de todo América condenados a estar juntos una semana nos veíamos la cara por vez primera. Los reporteros, como los pordioseros y las prostitutas, somos seres universales, males necesarios de la humanidad hermanados por un mismo idioma y una (mala) sangre. Quiera o no, pertenezco a esa especie. Por la tarde, viaje a Campo de Mayo, reconocimiento del terreno y entrega de equipo, un casco azul, una cantimplora, una máscara antigas, un rompevientos y una pesadísima mochila que no soltábamos ni para cagar. Primera noche de poco sueño.

24 de Noviembre


Como los buenos soldados despertamos antes de las 7:00. A las 7:30 ya estábamos desayunando y a las 8:00 en el salón de clases. Primer día más teórico que práctico. La chinga por venir era apenas una intuición. Uso de la brújula, zonas hostiles, reconocimiento de terrenos, lectura de cartografías y por la noche el primer ejercicio práctico. Uso de la brújula y los mapas en un terreno a la media noche. Prueba no superada tras más de dos horas perdidos en el monte. Pernoctamos en las barracas de la base militar de la ONU donde fuimos pasto de mosquitos. La velada transcurrió tomando mate hasta las cuatro de la mañana. No todas las madrugadas tiene uno la oportunidad de platicar largo y tendido con un ex combatiente de Malvinas, prisionero de guerra de los ingleses y guardia personal del ex presidente Fernando de la Rua. “Yo mismo lo subí al helicóptero el 20 de diciembre de 2001”, me contó Jorge Sini. Una historia muy distinta a la oficial la suya, todo de primerísima mano. Un soldado de cepa, hecho y derecho.

25 de Noviembre
Vi el amanecer contemplando liebres desde una torre de centinela. Noche blanca. Ni un minuto dormido. Continuará....