Con toda su furia a cuestas, Buenos Aires se despierta tras la modorra del fin de semana largo. Estoy a un costado de la Plaza San Martín. Tras una semana en Chile, volvimos anoche a la urbe porteña y en cierta forma es como volver a una segunda casa. Chile y los chilenos fueron una grata sorpresa (¿cachay poh?). Las más radicales curdas del viaje, quién iba a decirlo, fueron en Santiago y no en Buenos Aires. La mayor caminata, sin duda, los más de diez kilómetros recorridos a píe desde el puerto de Valparaíso hasta el casino de Viña del Mar. Las mejores comidas fueron los mariscos estilo araucano en el Mercado de la Vega. Congrio, salmón, chupe y paila de mariscos. Para olvidar la sobredosis de carne y pasta, nada como la comida del Pacífico chileno. La bebida del viaje no ha sido el Malbec, sino el Pisco Sour.
Tuesday, December 09, 2008
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