Eterno Retorno

Tuesday, July 15, 2008

Canica

Nuevo habitante en casa. Durante años, mientras vivió Morris, fuimos dos hombres y una mujer en el hogar, pero los números se han alterado. Cuando llegó a vivir con nosotros la gata Gurrumina, que bajita la mano ha cumplido cuatro meses en nuestro patio, las mujeres fueron mayoría. La aleatoriedad, ese preciso segundo de más o ese preciso segundo de menos, ese voltear la mirada en el momento específico y adecuado, ha provocado que una nueva inquilina llegue a nuestro hogar para incrementar a tres el número de damas. Es una perrita, no tiene más de un año de edad y se llama Canica. Carol la ha adoptado y todo hace indicar que la pequeña ya se siente de casa. La verdad es que para cualquier perrito, caer en manos de Carol es el mejor destino que la vida le puede reservar. La perrita está loca como una chiva y parece una comadreja. El problema es que Gurrumina no está precisamente complacida con su llegada y el veneno de los celos la corroe. Por lo pronto, en nuestra sociedad de castas familiar, un perro, por el solo hecho de serlo, siempre tendrá más privilegios que un gato y la alegría que trasmite jamás tendrá comparación.