Deseo nocturno
Mi deseo nocturno se ha cumplido. Una de las bandas que más curiosidad tenía de ver ha venido por primera vez a San Diego.
Después del fallido concierto de Gamma Ray y Helloween en Guadalajara, el de Nightwish en San Diego era el espectáculo más deseado de Primavera (el del año sin duda fue Maiden). Fría y lluviosa fue la tarde del viernes. Tras una línea peatonal históricamente baja (los migras se aburrían espantosamente) agarré el trolley y arribé al centro sandieguino a las 18:00. Mi compa Octavio me aguardaba en el Rock Bottom desde las 15:00 y un ejército de cervezas ya habían desfilado frente a él en esa barra tan típicamente californiana de la que se ha transformado en el más fiel parroquiano.
Llegamos a House of Blues poco antes de las 21:00 y nos recibió la apertura de Sonic Syndicate. Aunque son suecos, estos mocosetes de ropa deportiva y mohaks sugeridos no honran la gran tradición metalera de su patria. Parecen gringuitos nü metaleros. Me aburré soberanamente ese estilito de voz melódica a lo happy punk combinado con una voz que pretende ser brutal. Lo mejor de la banda, sin duda, la bajista, no tanto por su calidad como instrumentista sino porque está muy guapa.
Tras el aburrido trago del sindicato sónico, llegó el momento Deseado de la noche. Impuntualidad finlandesa (debían salir a las 22:00 y salieron a las 22:20) Cortinas abiertas, luces apagadas y Bye Bye Beautiful para arrancar. Como era de esperarse, Nightwish dio prioridad a las rolas de su nuevo disco Dark Passion Play, que dicho sea de paso, es bastante bueno.
La pregunta obvia llega ¿Quién es mejor? ¿Tarja o la nueva chica, una sueca de nombre Anette? La comparación es odiosa e imposible. Tarja es una soprano, una cantante educada en el conservatorio para cantar ópera. La nueva chica es una cantante de pop, entonada, con una buena voz, pero jamás llegará a los tonos de Tarja. Su aspecto, con colitas y vestido sobre jeans, su cara y su sonrisa me hace recordar a Björk. Hay ciertos rostros nórdicos que parecen esquimales. Por lo demás, el que rifa es el bajista y líder de la banda, Marco Hietala tanto como músico como por presencia escénica y además no es mal cantante. Thuomas el tecladista la rifa y Emppu el guitarrista, sin ser Yngwie Malmsteen, hace un gran trabajo.
Yo estaba a mero adelante en donde habíamos puros tijuanos, que fuimos como siempre los que pusimos el ambiente. San Diego es una pésima plaza para conciertos. Siempre he considerado a mi vecina ciudad como una bella mujer frígida. San Diego puede parecer bonito, pero es aburrido y anorgásmico. San Diego es el equivalente a una novia guapa que coge muy mal o que simplemente no coge nunca. Tijuana, en cambio, es la novia fea que te da el cogidón de tu vida y que te acaba por resultar la más buena. En fin, este breviario cultural comparativo lo hago con el afán de hacer ver que el ambiente en la mayoría de los conciertos sandieguinos es patético, pero este no fue el caso. El House of Blues se llenó a tope, sold out absoluto y lleno de tijuanos al frente (vaya diferencia con ese House of Blues vacío en Amon Amarth o en Exodus)
Tras Bye Bye Beautiful, siguieron con The Siren. Primer gran prendón el single de su nuevo disco Amaranth. Momentitos acústicos con The Islander y Last of The Wilds y un poco de lirismo con Poet and the Pendulum
Mi gran duda era cómo se escucharían las rolas clásicas de la era Tarja en voz de Anette y la verdad es que la sueca no desmereció. Nemo le salió bien y con esa fue el cierre antes de retornar con el encore y recetar la esperadísima Wishmaster con la que hubo prendidez total. Cierre con Wish I Had an Angel y adiós. Buen concierto, que junto con el de Apocalyptica y el de Maiden pelea para ser de los mejores del año.
El set list según lo recuerdo
Bye Bye Beautiful
The Siren
Dark Chest of Wonders
Ever Dream
Amaranth
The Islander
The Poet and the Pendulum
Sahara
Last of the Wilds
Sleeping Sun
Nemo
Wishmaster
Wish I Had an Angel
Mi deseo nocturno se ha cumplido. Una de las bandas que más curiosidad tenía de ver ha venido por primera vez a San Diego.
Después del fallido concierto de Gamma Ray y Helloween en Guadalajara, el de Nightwish en San Diego era el espectáculo más deseado de Primavera (el del año sin duda fue Maiden). Fría y lluviosa fue la tarde del viernes. Tras una línea peatonal históricamente baja (los migras se aburrían espantosamente) agarré el trolley y arribé al centro sandieguino a las 18:00. Mi compa Octavio me aguardaba en el Rock Bottom desde las 15:00 y un ejército de cervezas ya habían desfilado frente a él en esa barra tan típicamente californiana de la que se ha transformado en el más fiel parroquiano.
Llegamos a House of Blues poco antes de las 21:00 y nos recibió la apertura de Sonic Syndicate. Aunque son suecos, estos mocosetes de ropa deportiva y mohaks sugeridos no honran la gran tradición metalera de su patria. Parecen gringuitos nü metaleros. Me aburré soberanamente ese estilito de voz melódica a lo happy punk combinado con una voz que pretende ser brutal. Lo mejor de la banda, sin duda, la bajista, no tanto por su calidad como instrumentista sino porque está muy guapa.
Tras el aburrido trago del sindicato sónico, llegó el momento Deseado de la noche. Impuntualidad finlandesa (debían salir a las 22:00 y salieron a las 22:20) Cortinas abiertas, luces apagadas y Bye Bye Beautiful para arrancar. Como era de esperarse, Nightwish dio prioridad a las rolas de su nuevo disco Dark Passion Play, que dicho sea de paso, es bastante bueno.
La pregunta obvia llega ¿Quién es mejor? ¿Tarja o la nueva chica, una sueca de nombre Anette? La comparación es odiosa e imposible. Tarja es una soprano, una cantante educada en el conservatorio para cantar ópera. La nueva chica es una cantante de pop, entonada, con una buena voz, pero jamás llegará a los tonos de Tarja. Su aspecto, con colitas y vestido sobre jeans, su cara y su sonrisa me hace recordar a Björk. Hay ciertos rostros nórdicos que parecen esquimales. Por lo demás, el que rifa es el bajista y líder de la banda, Marco Hietala tanto como músico como por presencia escénica y además no es mal cantante. Thuomas el tecladista la rifa y Emppu el guitarrista, sin ser Yngwie Malmsteen, hace un gran trabajo.
Yo estaba a mero adelante en donde habíamos puros tijuanos, que fuimos como siempre los que pusimos el ambiente. San Diego es una pésima plaza para conciertos. Siempre he considerado a mi vecina ciudad como una bella mujer frígida. San Diego puede parecer bonito, pero es aburrido y anorgásmico. San Diego es el equivalente a una novia guapa que coge muy mal o que simplemente no coge nunca. Tijuana, en cambio, es la novia fea que te da el cogidón de tu vida y que te acaba por resultar la más buena. En fin, este breviario cultural comparativo lo hago con el afán de hacer ver que el ambiente en la mayoría de los conciertos sandieguinos es patético, pero este no fue el caso. El House of Blues se llenó a tope, sold out absoluto y lleno de tijuanos al frente (vaya diferencia con ese House of Blues vacío en Amon Amarth o en Exodus)
Tras Bye Bye Beautiful, siguieron con The Siren. Primer gran prendón el single de su nuevo disco Amaranth. Momentitos acústicos con The Islander y Last of The Wilds y un poco de lirismo con Poet and the Pendulum
Mi gran duda era cómo se escucharían las rolas clásicas de la era Tarja en voz de Anette y la verdad es que la sueca no desmereció. Nemo le salió bien y con esa fue el cierre antes de retornar con el encore y recetar la esperadísima Wishmaster con la que hubo prendidez total. Cierre con Wish I Had an Angel y adiós. Buen concierto, que junto con el de Apocalyptica y el de Maiden pelea para ser de los mejores del año.
El set list según lo recuerdo
Bye Bye Beautiful
The Siren
Dark Chest of Wonders
Ever Dream
Amaranth
The Islander
The Poet and the Pendulum
Sahara
Last of the Wilds
Sleeping Sun
Nemo
Wishmaster
Wish I Had an Angel