GRACIAS SANTOS. GRACIAS ARCE.
Lo confieso: a veces el dolor de otros puede generarme un placer indescriptible. La tarde del domingo, el sufrimiento ajeno me lleno de alegría. No me considero un sádico, pero cuando quienes sufren son los rayados de monterrey, contemplar su dolor se transforma en hedonismo puro. Era el minuto 93 y me había resignado a soportar la idea de ver a las pestilentes rayas en la final del futbol mexicano. Los imaginé regodeándose en los bares de la Sultana norteña, altaneros y petulantes como suelen ser, sintiéndose finalistas sin merecerlo, dispuestos a no callarse el hocico en toda la semana. Y entonces se produjo el santo milagro. Tijuanense habías de ser Fernando Arce. Te estoy infinitamente agradecido. Al gritar tu Gol imaginé a toda esa casta de mal paridos derramando lagrimones, sumiéndose en un pozo de amargura, tragando la hiel de la derrota. Lo que más feliz me hace es el momento en que se produjo el desenlace. En otras circunstancias la eliminación se va digiriendo poco a poco, pero cuando cae en el último segundo es como si te arrancan de la boca un manjar ya saboreado. Creo que desde que Toluca les ganó la final en invierno de 2005 no disfrutaba tanto. Nada les queda en las alforjas basura rayada. Les ganamos los dos clásicos del año y se quedaron sin nada. ARRIBA LOS TIGRES.
Lo confieso: a veces el dolor de otros puede generarme un placer indescriptible. La tarde del domingo, el sufrimiento ajeno me lleno de alegría. No me considero un sádico, pero cuando quienes sufren son los rayados de monterrey, contemplar su dolor se transforma en hedonismo puro. Era el minuto 93 y me había resignado a soportar la idea de ver a las pestilentes rayas en la final del futbol mexicano. Los imaginé regodeándose en los bares de la Sultana norteña, altaneros y petulantes como suelen ser, sintiéndose finalistas sin merecerlo, dispuestos a no callarse el hocico en toda la semana. Y entonces se produjo el santo milagro. Tijuanense habías de ser Fernando Arce. Te estoy infinitamente agradecido. Al gritar tu Gol imaginé a toda esa casta de mal paridos derramando lagrimones, sumiéndose en un pozo de amargura, tragando la hiel de la derrota. Lo que más feliz me hace es el momento en que se produjo el desenlace. En otras circunstancias la eliminación se va digiriendo poco a poco, pero cuando cae en el último segundo es como si te arrancan de la boca un manjar ya saboreado. Creo que desde que Toluca les ganó la final en invierno de 2005 no disfrutaba tanto. Nada les queda en las alforjas basura rayada. Les ganamos los dos clásicos del año y se quedaron sin nada. ARRIBA LOS TIGRES.