Playa incógnita, desapercibida, absolutamente improbable. Está ahí para ser vista desde lejos (y la contemplación la venden a precio de oro molido) pero no para ser recorrida. Véase pero no se toque es la orden de los promotores inmobiliarios. El Pacífico, al final de cuentas, cumple la función de un cuadro paisajista. Cuántos de mis vecinos han tocado la arena? Hay alguno que haya sentido el agua helada? Fui a caminar por la playa una tarde de noviembre, para colmo un miércoles en afán de honrar la absoluta desolación. Los surfos de siempre, uno que otro jubilado en sus sillas reclinables…y yo
Wednesday, April 09, 2008
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