Eterno Retorno

Tuesday, April 01, 2008

Emos

La lista de personas, factores, vicios y fenómenos que tienen jodida a Tijuana es interminable. Si tuviera que enumerar todo lo que puede hacer desagradable la vida en nuestra ciudad e incide en su estancamiento y decadencia podría empezar por los baches, los sinaloenses, los policías, la pésima planeación urbana, los taxistas y calafieros (y todo el transporte público en general) los políticos arribistas, los empresarios codiciosos, las inmobiliarias usureras como Urbi y Geo, la topografía accidentada, los vientos de Santa Ana, nuestra absoluta falta de solidaridad, nuestra nula visión de futuro, los drogadictos, los pochos, nuestra proverbial ignorancia, los panistas, los priistas, los culturosos, los ramistas, los hankistas, los tecatos que se te cruzan en la Internacional, las gasolineras que te cargan naftaleno, la caseta de cobro de la carretera escénica, los editorialistas que se creen sabelotodo, la recolección de basura. La lista podría extenderse a cien o a mil y sin embargo no creo que entre esas mil cosas que a mi juicio joden a Tijuana tuviera que anotar a los emos. Me puse a pensar detenidamente y a tratar de hacer memoria ¿Alguna vez un emo me ha hecho la vida difícil? ¿Alguna vez su presencia me ha motivado una honesta mentada de madre o una expresión de asco? ¿Qué chingados me han hecho a mí los emos? ¿Sería más bonita Tijuana si la limpiaran de emos? La verdad, si tuviera que limpiar algo de Tijuana, limpiaría unas mil cosas antes que a esos pobres pendejitos deprimidos.

El viernes 29 de marzo, como cualquier día en nuestra ciudad, más de una persona fue secuestrada en Tijuana (y varias decenas yacían y yacen sufriendo en las casas de seguridad) decenas de miles de automovilistas cayeron en un bache, varios cientos de armas entraron por Aduana como bolsitas de dulces, más de un funcionario hizo alguna tranza, los policías extorsionaron a decenas de turistas, algún negocio quebró golpeado por la crisis, muchísimos migrantes fueron deportados, cientos de dosis de crystal y heroína fueron vendidas mientras en el interior de miles de hogares se vivían infiernitos proletarios de violencia intrafamiliar y alcoholismo en tanto alguna fábrica recortaba empleados. Sin embargo, nuestra solidaria, combativa y participativa juventud rebelde decidió que ese viernes 29 de marzo se precisaba unir sus esfuerzos en una cruzada urgente e impostergable para el progreso de nuestra ciudad, una cruzada que requería todo el apoyo y la solidaridad para llevarla a buen término. Una cruzada contra los pobres emos.

Para nuestra contestataria y auténtica juventud militante de eso que más de un sociólogo imbécil ha llamado tribus urbanas, era de vital importancia organizarse para madrear a pendejitos catorceañeros flacuchos, deprimidos y con graves confusiones sexuales, que hasta donde tengo entendido, no le hacen daño a nadie. A mí al menos no me lo han hecho.

Que los emos son unos pobres pendejos pretenciosos, estoy totalmente de acuerdo. Tan pendejos y pretenciosos como la mayoría de los punks-jóticos y tan pendejos y pretenciosos como suele ser casi cualquier adolescente. Todo teenager busca llamar la atención a su manera. Esto de la guerra tribal no es nada nuevo por cierto. Hablaré como un viejo (soy después de todo un viejo heavymetalero) pero en “mis tiempos” también había este tipo de madrizas absurdas. Recuerdo que cuando viví en el DF, allá por 1989, 1990, eran célebres las madrizas entre punks y metaleros afuera del LUCC (La última carcajada de la cumbancha) Los punkies, siempre afectados por sus complejos de anarcoterroristas, seguido convocaban a boicots contra tocadas metaleras que consideraban comerciales. Aún recuerdo el boicot contra Napalm Death en 1991 en Pantitlán bajo el argumento de que era una banda vendida al capitalismo, por no hablar de los boicots contra Exploited y GBH quesque por fascistas (los punketos chilangos suelen ver nazis hasta en las tetas de sus madres) A ese tipo de madrizas babosas se refiere la rola Divisiones Absurdas de Atoxxxico (Yo necesito de tí, tanto como tu de mí, dejémonos de pendejadas basta ya de agredir)

En “mis tiempos” (dale con tus tiempos pinche anciano) llegó un momento en que la agarré contra los glamm rockeros a los que detestaba por posers con sus camisitas mariconas de Motley Crue y Poison, mientras yo me consideraba un auténtico thrashero por escuchar Slayer, Nuclear Assault y Over Kill. Hoy en día me doy cuenta que disfruto por igual todo el Metal y aunque lo mío es la vena clásica Maiden-Priest-Sabbath, soy tan feliz escuchando a Darkthrone y a Impaled Nazarene que a Tesla o a Skid Row (lo único que jamás he tolerado ni toleraré es al nü metal marca korn y basuras similares)

Lo mío es, ha sido y será el Metal y aunque no me siento identificado con punks y jóticos, la verdad es que disfruto inmensamente escuchando a bandas de hard core punk como Black Flag o Discharge, lo mismo que a Bauhaus o a Joy Division. Y aunque me queda claro que hay estilos musicales y subculturas que detesto y me generan un asco inmenso como el rap, el hip hop y el reaggeton, no perdería mi tiempo ni dedicaría mis esfuerzos en organizar una madriza contra quienes gustan de esas mierdas. Por fortuna mi iPod va siempre conmigo y cuando en el ambiente escucho algo parecido al rap, inmediatamente me pongo mis audífonos y asunto arreglado. Basta con no oír la mierda para no contaminarse.


Lo que me sorprende es el bajísimo nivel del debate juvenil y lo cortos de miras que resultan ser los que organizan las cruzadas anti emo. Yo supondría que esta adolescencia, con acceso ilimitado a internet tendría otra mentalidad un poco más tolerante a la diversidad, pero veo que son más imbéciles y cerrados de mente que un cura de pueblo.

No se si lo de los emos se identifique únicamente con la música, la moda o si su homosexualismo suicida sea algo así como una doctrina. En cualquier caso no me hacen ningún daño y aunque considero patético cortarte las venas mientras escuchas a maricones como HIM o my chemical romance, cada quien es libre de cortar sus venas como mejor le plazca. Yo lo único que puedo recomendar a esos deprimiditos tan confundidos es que escuchen a todo volumen un buen disco de Motörhead o de Iron Maiden y les aseguro que todas sus confusiones musicales, sexuales y existenciales se irán al carajo y descubrirán el camino de la verdad. A los punkies-jóticos y cholos que convocan a las madrizas, les sugiero que empiecen por madrear primero a sus padres golpeadores, a sus patrones explotadores (bueno, si es que alguno de ellos por casualidad trabaja que no creo) al policía que muerde en la esquina de su colonia, al puerco que tira basura en la calle o daña animales. A ver ¿Por qué no convocan a una madriza contra los puchadores de crystal? ¿O a una madriza contra los grafiteros?
Si tienen tanta energía y capacidad de convocatoria para limpiar Tijuana, yo puedo darles una mil sugerencias más productivas y útiles que romperle la madre a un emo.

Por lo demás, en nueve años de existencia que tiene el periódico donde trabajo, nunca jamás nuestra nota principal había sido un conflicto tribal urbano, así que al menos les agradezco que nos hayan dado tema para cambiarle un poco al color de la portada.