Odio
El odio es una pésima musa, pero debo confesar que a veces sirve de combustible. El odio te despierta, te mueve, te hace tomar acciones, aunque duele mucho cargar con él.
Mi adolescencia fue visceral. Había altas dosis de odio acumuladas en mi alma.
La furia y el coraje repentinos me han hecho cometer algunos errores a lo largo de mi existencia. Algunos arranques me han costado. Muchas veces he deseado tener una cabeza más fría y en los últimos años lo he logrado. He querido extirpar el odio de mi vida, desterrarlo para siempre. Tanto en un sentido práctico como sentimental, el odio no lleva a nada. Hace unos meses, en octubre de 2005, decidí cerrarle la puerta a todo mal deseo. Creía que con la madurez había logrado domesticar a mis demonios internos, pero hoy me sorprendo poseído por ellos. Mis demonios están despiertos, activos y bailan frenéticos sobre mi cabeza. Lo peor es que no es un arranque y no se me pasa con los días. Al contrario, en el momento menos esperado, aún cuando estoy en escenarios y situaciones de paz, los pinches demonios sacan sus cuchillos y brota la furia como lava en estado puro. El ejercicio ayuda, pero no redime ni exorciza. Calienta el odio dentro mí y no es lento el fuego en que se cocina. He tratado de poner un poco de hielo a mi cabeza, de ver el sentido práctico de la vida, de pensar con los píes en la tierra, pero el odio es una droga potente. Y no, lo peor es que a mí directamente no me ha pasado nada, pero últimamente estoy demasiado susceptible a afectarme al ver como le parten la madre a mi entorno. Sí, mi furia tiene destinatario y estoy preocupado. Hacía mucho tiempo, tal vez desde mi adolescencia, que no se acumulaba tanto instinto destructivo dentro de mí. Tengo a que hacer algo con toda esta puerca lava. ¿Servirá el blog para exorcizarla?
Tinieblas
Las nubes no quieren irse este año. El Invierno no fue el más cruel, pero la Primavera se olvidó de nosotros. Son cielos oscuros, nublados a más no poder. Mañanas surcadas por la neblina, inundadas de una rara tiniebla. Raros estos días. Strange Days diría The Doors. Imposible creer que es mayo. Los cuervos siguen volando en los alrededores. ¿Son mis aliados o heraldos de lo infausto?
Detalles
A veces la gente me sorprende por sus buenos detalles. Yo, que me considero el colmo de la mala sangre y la oscura entraña, de pronto me llevo gratas sorpresas, de esas que te alegran el día y mira que estos días no son para nada alegres. Hace unas semanas, fui a Mexicali a tomar un curso con la periodista Rossana Fuentes, directora de la revista Foreing Affairs. La colega, cinéfila de hueso colorado, me habló de una película clásica llamada Touch of Evil y de una pequeña biografía de Jorge Castañeda que escribió. Pues bien, hace unos días recibo un paquete de DHL y me encuentro con la película y el texto. Gran detalle de una gran periodista.
La semana pasada, mi colega Fausto Ovalle http://www.transpeninsular.blogspot.com/ me regaló en forma por demás espontánea una biografía de Robespierre escrita por David P. Jordan. Hay detalles que te pueden alegrar el día.
Coronado Island
Grata sorpresa el dar con el blog http://www.islascoronado.blogspot.com/ de Roberto Castillo. Esas islas fantasmas se han transformado para mí en algo más que una obsesión y su contemplación, como ya lo he señalado, es una suerte de ritual. Lástima que no se haya actualizado últimamente.
Casta
Dios bendiga a la cerveza Casta. Sólo por ese elixir divino hubiera votado por Mauricio Fernández para gobernador de Nuevo León. Vaya néctar del paraíso el que hemos libado el pasado domingo. Digo, creo que nunca me había sabido tan rica.
Largo Tuca
Al menos una muy buena noticia calma mi nocivo estado de ánimo: Tigres finalmente ha cesado a Tuca Ferreti. Ha sido un año insufrible, deprimente. Salvo los triunfos en los clásicos en Los Ángeles y San Nicolás, ese gol de milagro ante la Católica y la fantasía surrealista del 5-4 al Cali, estos Tigres no me dieron ni una alegría. Es más, creo poder afirmar que nunca en mis más de 20 largos años de aficionado fiel me había aburrido tanto con mi equipo. Estos Tigres de Tuca me hicieron dormir. Fueron mucho más efectivos que un valium. Ojalá se trajeran a Alfio Coco Basile o de nuevo a Nery Pumpido o mínimo a Rubén Omar Romano o a La Volpe cuando deje a la selección después del Mundial.
El odio es una pésima musa, pero debo confesar que a veces sirve de combustible. El odio te despierta, te mueve, te hace tomar acciones, aunque duele mucho cargar con él.
Mi adolescencia fue visceral. Había altas dosis de odio acumuladas en mi alma.
La furia y el coraje repentinos me han hecho cometer algunos errores a lo largo de mi existencia. Algunos arranques me han costado. Muchas veces he deseado tener una cabeza más fría y en los últimos años lo he logrado. He querido extirpar el odio de mi vida, desterrarlo para siempre. Tanto en un sentido práctico como sentimental, el odio no lleva a nada. Hace unos meses, en octubre de 2005, decidí cerrarle la puerta a todo mal deseo. Creía que con la madurez había logrado domesticar a mis demonios internos, pero hoy me sorprendo poseído por ellos. Mis demonios están despiertos, activos y bailan frenéticos sobre mi cabeza. Lo peor es que no es un arranque y no se me pasa con los días. Al contrario, en el momento menos esperado, aún cuando estoy en escenarios y situaciones de paz, los pinches demonios sacan sus cuchillos y brota la furia como lava en estado puro. El ejercicio ayuda, pero no redime ni exorciza. Calienta el odio dentro mí y no es lento el fuego en que se cocina. He tratado de poner un poco de hielo a mi cabeza, de ver el sentido práctico de la vida, de pensar con los píes en la tierra, pero el odio es una droga potente. Y no, lo peor es que a mí directamente no me ha pasado nada, pero últimamente estoy demasiado susceptible a afectarme al ver como le parten la madre a mi entorno. Sí, mi furia tiene destinatario y estoy preocupado. Hacía mucho tiempo, tal vez desde mi adolescencia, que no se acumulaba tanto instinto destructivo dentro de mí. Tengo a que hacer algo con toda esta puerca lava. ¿Servirá el blog para exorcizarla?
Tinieblas
Las nubes no quieren irse este año. El Invierno no fue el más cruel, pero la Primavera se olvidó de nosotros. Son cielos oscuros, nublados a más no poder. Mañanas surcadas por la neblina, inundadas de una rara tiniebla. Raros estos días. Strange Days diría The Doors. Imposible creer que es mayo. Los cuervos siguen volando en los alrededores. ¿Son mis aliados o heraldos de lo infausto?
Detalles
A veces la gente me sorprende por sus buenos detalles. Yo, que me considero el colmo de la mala sangre y la oscura entraña, de pronto me llevo gratas sorpresas, de esas que te alegran el día y mira que estos días no son para nada alegres. Hace unas semanas, fui a Mexicali a tomar un curso con la periodista Rossana Fuentes, directora de la revista Foreing Affairs. La colega, cinéfila de hueso colorado, me habló de una película clásica llamada Touch of Evil y de una pequeña biografía de Jorge Castañeda que escribió. Pues bien, hace unos días recibo un paquete de DHL y me encuentro con la película y el texto. Gran detalle de una gran periodista.
La semana pasada, mi colega Fausto Ovalle http://www.transpeninsular.blogspot.com/ me regaló en forma por demás espontánea una biografía de Robespierre escrita por David P. Jordan. Hay detalles que te pueden alegrar el día.
Coronado Island
Grata sorpresa el dar con el blog http://www.islascoronado.blogspot.com/ de Roberto Castillo. Esas islas fantasmas se han transformado para mí en algo más que una obsesión y su contemplación, como ya lo he señalado, es una suerte de ritual. Lástima que no se haya actualizado últimamente.
Casta
Dios bendiga a la cerveza Casta. Sólo por ese elixir divino hubiera votado por Mauricio Fernández para gobernador de Nuevo León. Vaya néctar del paraíso el que hemos libado el pasado domingo. Digo, creo que nunca me había sabido tan rica.
Largo Tuca
Al menos una muy buena noticia calma mi nocivo estado de ánimo: Tigres finalmente ha cesado a Tuca Ferreti. Ha sido un año insufrible, deprimente. Salvo los triunfos en los clásicos en Los Ángeles y San Nicolás, ese gol de milagro ante la Católica y la fantasía surrealista del 5-4 al Cali, estos Tigres no me dieron ni una alegría. Es más, creo poder afirmar que nunca en mis más de 20 largos años de aficionado fiel me había aburrido tanto con mi equipo. Estos Tigres de Tuca me hicieron dormir. Fueron mucho más efectivos que un valium. Ojalá se trajeran a Alfio Coco Basile o de nuevo a Nery Pumpido o mínimo a Rubén Omar Romano o a La Volpe cuando deje a la selección después del Mundial.