Yo sí votaré
Comparto los sentimientos y las opiniones de quienes señalan que no van a votar este 2 de julio. Yo también estoy asqueado del sistema político mexicano y siento nauseas ante este circo soez. Sin embargo, pese a que considero de malas a pésimas todas las opciones partidistas existentes, yo SÍ voy a votar. Que es un juego pestilente, de acuerdo. Que son reglas absurdas, no lo debato. Pero desgraciadamente, nos guste o no, son las únicas reglas de este juego. No hay otras. ¿Cambiarás a tú país con desairar un proceso electoral? ¿Lograrás con tu abstención que haya una mejor opción dentro de seis años? No, en absoluto. Si acaso te quedará el orgullo de decir que no caíste en su jueguito.
Desde hace 10 años las elecciones son para mí sinónimo de mucho trabajo. Siempre he trabajado en jornadas electorales y esta no será la excepción. Sin embargo, cuando he podido me doy un tiempito para votar. La última vez que voté fue en las elecciones federales de 2000. Créalo usted o no, mi credencial del IFE sigue siendo de Nuevo León y debo votar en casilla especial. El 2 de julio pienso irme muy temprano a la casilla especial que está en la Torre Agua Caliente, emitir mi voto y después empezar a trabajar.
En esta ocasión voy a votar por una razón primordial y específica: No quiero tener a Roberto Madrazo como presidente de mi país. Podrán decir que todos los candidatos son la misma basura corrupta, pero honestamente creo que nada se compara al peligro que representa Madrazo. Ojo, no me considero un anti-priista. Pienso que en la balanza del juicio de la Historia (y sobre todo si ejercemos un poco de Historia comparada con Latinoamérica) el saldo de los 70 años de priismo no fue tan malo para México. Mi problema no es con el PRI. Mi problema es con Madrazo y su equipo. Vivo en una ciudad que es un laboratorio de lo que será el país con Madrazo como mandatario y les juro que no le deseo eso a México. Si Madrazo es Presidente será el pasaporte para que Hank Rhon se convierta en gobernador de Baja California y yo no quiero una vida así. Consideraría muy seriamente exiliarme si eso sucede. Hoy en día puedo criticarlo a placer en mis notas, burlarme de su estupidez en la columna, cuestionar cada uno de sus pasos en falso. Él juega a que no le importa, a que lo toma a broma, a que le vale un carajo lo que escribamos de él. Es lógico pues pese a sus millones, su poder político es muy limitado. Es sólo un presidente municipal subyugado a un Estado y una Federación panista. ¿Será lo mismo cuando sea un gobernador cuyo mejor amigo y compadre viva en Los Pinos? ¿Será tan tolerante y valemadrista con las críticas de los periodistas? Yo no lo creo. Eso por eso que este 2 de julio sí voy a votar.
¿Por quién voy a votar? Por Calderón o por AMLO. Vale madre por quién. Con que no gane Madrazo ya vamos de gane. ¿Qué uno es la izquierda y otro la derecha? Por favor señores ¿Hay algún mentecato que aún crea en esos conceptos? Les recomiendo el libro de Norberto Bobbio.
El pasado jueves fui a Tecate a cubrir el mitin de AMLO. Es la tercera vez que me toca cubrir a Andrés Manuel en Baja California y de los tres candidatos es al que he visto menos y nunca lo he entrevistado en corto.
A Calderón y a Madrazo ya los he entrevistado en exclusiva. A Madrazo lo he entrevistado un par de veces. La primera en 1999 cuando era pre candidato presidencial contra Labastida y la segunda allá por 2004 siendo ya líder del PRI.
A Calderón también lo he entrevistado un par de veces. La primera en el malecón de Playas de Tijuana a unos metros de la barda fronteriza y la segunda aquí en el periódico en una reunión con editores. De Madrazo pienso lo peor y nada más me queda por agregar. Calderón me parece ciertamente patético en su personalidad, tal vez el más patético y aburrido de los tres, aunque considero que sería el menos malo como presidente o por lo menos el que menos haría tambalear la economía. Que sea un don catolicón, anti aborto buena conciencia lo hace más pestilente aún, es cierto, pero esos defectos que a mis 20 años no le hubiera perdonado a nadie, hoy puedo pasarlos por alto y han dejado de importarme. Vaya, estoy dispuesto a perdonarte que seas conservador siempre y cuando no me jodas mi economía y hagas tu chamba en Los Pinos. De AMLO sólo puedo decir que las tres veces que lo he visto ha dicho exactamente lo mismo como un disco rayado y cuando alguien eructa tantas promesas tiendo a preocuparme. ¿Izquierda? Que izquierda ni que putas madres, por favor. La última patita que se le movió a ese delirio lunático que en México han llamado izquierda fue en 1988 con el Frente Democrático de Cárdenas. ¿Hay algún militante histórico de la izquierda con AMLO? ¿Alguien parecido a un Heberto Castillo o Rosario Ibarra de Piedra? Yo no lo veo. Aún así, pese a que la impresión que me he llevado en vivo de AMLO dista mucho de ser buena, le concedo el beneficio de la duda. Como verán, ni AMLO ni Calderón me convencen mucho que digamos, sin embargo voy a votar por alguno de esos dos tipos. No me queda de otra. Ojalá que se lo agradezcan a Madrazo. Las pesadillas que me provoca imaginar a semejante rata en Los Pinos me han obligado a tener que elegir entre un par de tipos que según dicen son izquierda y derecha, aunque aún no decido por cuál de los dos votaré. Al final de cuentas lo único que pido y deseo es que los pesos que gano sigan valiendo lo mismo, que un circo tan absurdo como un cambio de gobierno no haga tambalear nuestra economía, que haya fuentes de empleo y paren ustedes de contar. Que si son de izquierdas o de derechas, por mí se la pueden arrancar. Me da exactamente lo mismo.
Comparto los sentimientos y las opiniones de quienes señalan que no van a votar este 2 de julio. Yo también estoy asqueado del sistema político mexicano y siento nauseas ante este circo soez. Sin embargo, pese a que considero de malas a pésimas todas las opciones partidistas existentes, yo SÍ voy a votar. Que es un juego pestilente, de acuerdo. Que son reglas absurdas, no lo debato. Pero desgraciadamente, nos guste o no, son las únicas reglas de este juego. No hay otras. ¿Cambiarás a tú país con desairar un proceso electoral? ¿Lograrás con tu abstención que haya una mejor opción dentro de seis años? No, en absoluto. Si acaso te quedará el orgullo de decir que no caíste en su jueguito.
Desde hace 10 años las elecciones son para mí sinónimo de mucho trabajo. Siempre he trabajado en jornadas electorales y esta no será la excepción. Sin embargo, cuando he podido me doy un tiempito para votar. La última vez que voté fue en las elecciones federales de 2000. Créalo usted o no, mi credencial del IFE sigue siendo de Nuevo León y debo votar en casilla especial. El 2 de julio pienso irme muy temprano a la casilla especial que está en la Torre Agua Caliente, emitir mi voto y después empezar a trabajar.
En esta ocasión voy a votar por una razón primordial y específica: No quiero tener a Roberto Madrazo como presidente de mi país. Podrán decir que todos los candidatos son la misma basura corrupta, pero honestamente creo que nada se compara al peligro que representa Madrazo. Ojo, no me considero un anti-priista. Pienso que en la balanza del juicio de la Historia (y sobre todo si ejercemos un poco de Historia comparada con Latinoamérica) el saldo de los 70 años de priismo no fue tan malo para México. Mi problema no es con el PRI. Mi problema es con Madrazo y su equipo. Vivo en una ciudad que es un laboratorio de lo que será el país con Madrazo como mandatario y les juro que no le deseo eso a México. Si Madrazo es Presidente será el pasaporte para que Hank Rhon se convierta en gobernador de Baja California y yo no quiero una vida así. Consideraría muy seriamente exiliarme si eso sucede. Hoy en día puedo criticarlo a placer en mis notas, burlarme de su estupidez en la columna, cuestionar cada uno de sus pasos en falso. Él juega a que no le importa, a que lo toma a broma, a que le vale un carajo lo que escribamos de él. Es lógico pues pese a sus millones, su poder político es muy limitado. Es sólo un presidente municipal subyugado a un Estado y una Federación panista. ¿Será lo mismo cuando sea un gobernador cuyo mejor amigo y compadre viva en Los Pinos? ¿Será tan tolerante y valemadrista con las críticas de los periodistas? Yo no lo creo. Eso por eso que este 2 de julio sí voy a votar.
¿Por quién voy a votar? Por Calderón o por AMLO. Vale madre por quién. Con que no gane Madrazo ya vamos de gane. ¿Qué uno es la izquierda y otro la derecha? Por favor señores ¿Hay algún mentecato que aún crea en esos conceptos? Les recomiendo el libro de Norberto Bobbio.
El pasado jueves fui a Tecate a cubrir el mitin de AMLO. Es la tercera vez que me toca cubrir a Andrés Manuel en Baja California y de los tres candidatos es al que he visto menos y nunca lo he entrevistado en corto.
A Calderón y a Madrazo ya los he entrevistado en exclusiva. A Madrazo lo he entrevistado un par de veces. La primera en 1999 cuando era pre candidato presidencial contra Labastida y la segunda allá por 2004 siendo ya líder del PRI.
A Calderón también lo he entrevistado un par de veces. La primera en el malecón de Playas de Tijuana a unos metros de la barda fronteriza y la segunda aquí en el periódico en una reunión con editores. De Madrazo pienso lo peor y nada más me queda por agregar. Calderón me parece ciertamente patético en su personalidad, tal vez el más patético y aburrido de los tres, aunque considero que sería el menos malo como presidente o por lo menos el que menos haría tambalear la economía. Que sea un don catolicón, anti aborto buena conciencia lo hace más pestilente aún, es cierto, pero esos defectos que a mis 20 años no le hubiera perdonado a nadie, hoy puedo pasarlos por alto y han dejado de importarme. Vaya, estoy dispuesto a perdonarte que seas conservador siempre y cuando no me jodas mi economía y hagas tu chamba en Los Pinos. De AMLO sólo puedo decir que las tres veces que lo he visto ha dicho exactamente lo mismo como un disco rayado y cuando alguien eructa tantas promesas tiendo a preocuparme. ¿Izquierda? Que izquierda ni que putas madres, por favor. La última patita que se le movió a ese delirio lunático que en México han llamado izquierda fue en 1988 con el Frente Democrático de Cárdenas. ¿Hay algún militante histórico de la izquierda con AMLO? ¿Alguien parecido a un Heberto Castillo o Rosario Ibarra de Piedra? Yo no lo veo. Aún así, pese a que la impresión que me he llevado en vivo de AMLO dista mucho de ser buena, le concedo el beneficio de la duda. Como verán, ni AMLO ni Calderón me convencen mucho que digamos, sin embargo voy a votar por alguno de esos dos tipos. No me queda de otra. Ojalá que se lo agradezcan a Madrazo. Las pesadillas que me provoca imaginar a semejante rata en Los Pinos me han obligado a tener que elegir entre un par de tipos que según dicen son izquierda y derecha, aunque aún no decido por cuál de los dos votaré. Al final de cuentas lo único que pido y deseo es que los pesos que gano sigan valiendo lo mismo, que un circo tan absurdo como un cambio de gobierno no haga tambalear nuestra economía, que haya fuentes de empleo y paren ustedes de contar. Que si son de izquierdas o de derechas, por mí se la pueden arrancar. Me da exactamente lo mismo.