Eterno Retorno

Wednesday, October 12, 2005

Día de la Raza

¿Se acuerdan ustedes de la Enciclopedia Colibrí? Si son tan viejos como yo y nacieron a la mitad de los años 70 y además coleccionaban libros, sin duda se acordarán de esta enciclopedia mexicana elaborada por la Secretaría de Educación Pública, que al juntar los 12 tomos formaba un cerro vede lleno de figuras en el dorso de los libros.
La Enciclopedia Colibrí abordaba los más diversos tópicos, desde geografía, zoología, Historia de México, rimas, juegos infantiles y un largo etcétera. Fue la Enciclopedia Colibrí la responsable de mi pasional amor por la Historia desde los siete años de edad. A ella pueden echarle la culpa por esa terrible adicción que 24 años después aún no me deja libre.


Aún recuerdo muy bien el tomo 4 de la Enciclopedia Colibrí, dedicado a México prehispánico y a la Conquista. A mis siete años me impresionó muchísimo la narración que hicieron de la llegada de los españoles. Eran tiempos del lópezportillismo cuando la historia oficial impartida por la SEP estaba salpicada por un rimbombante nacionalismo indigenista. La cuestión es que la narración de la Conquista era terriblemente tendenciosa y parcial. Se refería a los aztecas como los Nuestros y ponían a los españoles como unos bárbaros sedientos de sangre que aprovechando sus armas de fuego y sus miles de caballos, aunado a la traición tlaxcalteca, dominaron a los mexicas. Por si fuera poco, aderezaban el texto con poemas de la Visión de los Vencidos con el evidente objetivo de hacerlo más dramático. Siendo un niño, esa historia me impresionó muchísimo. ¿Cómo podía haber tanta crueldad e injusticia? ¿Cómo fue que gente tan desalmada pudiera conquistarnos? Esa fue mi primera impresión de la Conquista gracias a la Enciclopedia Colibrí. Me creí la eterna patraña del indigenismo. Perdónenme, tenía solo siete años.


Sin embargo, a la Enciclopedia Colibrí le agradezco haber sembrado la semilla de la eterna curiosidad por la Historia. Gracias a esa enciclopedia de la SEP, comencé a interesarme de sobremanera en el tema de la Conquista. Y entonces vinieron más y mejores lecturas. Una Navidad, tendría yo 10 años de edad, mis padres me regalaron un precioso volumen en pastas rojas de la Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo y otro de Historia Antigua de Méjico, del jesuita Francisco Xavier Clavijero. Meses después, me regalaron las Cartas de Relación de Hernán Cortés y el Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Para entonces mi visión de la Conquista era harto distinta.


La basura que en la escuela nos enseñaron los libros de la SEP y lo que promueven las mentes amargadas de los indigenistas, es que los europeos triunfaron por su superioridad en armamento y caballos.
¿Superioridad? ¿Menos de 500 hombres derrotando a un imperio de millones de guerreros es superioridad?
¿Saben cuántos caballos llevaba Cortés en su expedición? 16 miserables caballos. Eso era todo. 16 equinos fueron capaces de atemorizar a un imperio. ¿Armas de fuego? Pero si llevaban menos de 50 arcabuces que eran más estorbosos que útiles, pues cargarlos de pólvora para soltar un solo disparo era un verdadero trámite. Cortés se hizo a la mar desde Cuba con menos de 500 hombres, mal armados y equipados. Cortés era un prófugo del gobernador Diego Velásquez y ni siquiera tenía el apoyo oficial de la corona. Sin embargo este puñado de aventureros logró someter en menos de dos años a un imperio de sanguinarios guerreros, un imperio de vocación puramente militar, al estilo de Esparta (toda proporción guardada pues se da por hecho que reconozco la superioridad de los helenos) Que un puñado de aventureros conquisten un imperio defendido por decenas de miles de soldados no me parece una pelea injusta ni desigual. Mucho menos un genocidio. Es una hazaña carajo. ¿De qué mierda se quejan los aztecas? Tenían todo para ganar. Su ejército los superaba por más de 10 a 1 en hombres. Estaban en su terreno, en su clima, en su ciudad. Los europeos eran visitantes, en tierra extraña. Tenían todo en contra. ¿16 caballos y unos cuantos arcabuces bastaron para esclavizar a un imperio? Resultaron muy facilitos entonces queridos aztecas.


Véanlo así de fácil: La Conquista no fue una injusticia ni un genocidio. Fue una Hazaña. Los europeos ganaron porque fueron más inteligentes. Porque supieron aprovechar los miedos, supersticiones e intrigas internas del enemigo. Los Conquistadores fueron superiores. Así de simple. Acéptenlo de una buena vez carajo. Y no se quejen, que los aztecas fueron bastante más crueles con sus pueblos conquistados. Los pueblos fuertes depredan a los débiles. Es una ley de la Historia y de la Naturaleza que ha regido por siempre.


Hablar de los indígenas como los nuestros y de los europeos como los extraños invasores me parece un absurdo total. Leía la Colibrí de niño, me miraba al espejo y me preguntaba: ¿Los nuestros? ¿Cuáles nuestros? ¿Hay acaso una sola gota de sangre indígena corriendo por mis venas? ¿En qué idioma hablo? ¿Hablo el nahuatl acaso? No señores. Basta con mirarme al espejo para saber de donde provengo y desenmascarar la Historia. Yo estoy orgulloso de mis raíces.



Si la cultura indígena hubiera sido tan fuerte, sólida y rica como dicen, al producirse la Independencia de México hubieran recuperado las lenguas y religiones prehispánicas como oficiales en la nueva nación. El español habría sido borrado y el cristianismo abolido. Les recomiendo leer la Historia de los Balcanes. Serbia fue conquistada por el Imperio Otomano en el Siglo XV. Tardó más de seis siglos en liberarse del yugo. Y sin embargo, en Serbia se profesa la religión ortodoxa y se habla el serbio- eslavo, mismo que se hablaba hace seis siglos. Es sólo un ejemplo. Naciones mucho más castigadas por la Historia y víctimas de auténticos genocidios como Macedonia, Rumania y Polonia conservaron su lengua y tradiciones religiosas frente al invasor. ¿Por qué los indígenas mesoamericanos no? ¿Por qué sucumbieron ante el español y el cristianismo?
Si hubieran sido tan fuertes y sólidas como la tradición eslava ortodoxa, los dialectos indígenas no estarían reducidos hoy a vil ornato exótico y tropical listo para venderse al turismo revolucionario en cajitas de plástico. Reconózcanlo: Sucumbieron porque eran una cultura débil


Hoy es 12 de octubre señores. Hoy es Día de la Raza. Celebremos. En otros países de América este es un día feriado oficialmente en el calendario oficial. En otros países de América hay monumentos a los conquistadores a quienes se reconoce como auténticos padres. En México no. La historia oficial está amargada y resentida contra nuestros padres. Hay todavía muchos insectos neo zapatistas e indigenistas salpicando los libros de Historia oficiales con sus pestilentes teorías. Aún recuerdo a tristes cucarachas queriendo destruir la estatua de Cristóbal Colón para protestar contra la celebración del Quinto Centenario en 1992. Sí, en México estamos llenos de parásitos indigenistas que ni siquiera saben hablar nahuatl ni conocen de Historia. Al carajo con ellos. Eterno Retorno festeja el Día de la Raza pues considera que lo mejor que le pudo haber pasado a este Continente sucedió el 12 de octubre de 1492. Celebremos pues 513 Años. En hora buena.