Eterno Retorno

Friday, July 29, 2005

Breve Historia de la Clase Media en México dedicada con todo cariño al colega bloguero Julio Sueco

La Clase Media, colega Sueco, es el motor de la Historia Universal. Donde hay Clase Media hay movimiento, hay innovación, hay dinámica, hay cuestionamientos, hay prensa libre, hay evolución y revolución. El concepto revolución es inherente más a la clase media que al proletariado. Vaya Julio, no sería concebible el socialismo mismo que tanto añoras (tú mismo te declaras de izquierda) sin la Clase Media de por medio. El socialismo es un producto clasemediero en su génesis, no un producto del pópulo. No hay revolución sin Clase Media. La Comuna de París de 1871 fue un suspiro, una llamarada, un relámpago y la Revolución Bolchevique no fue una revuelta de masas, sino un contundente golpe de estado de un partido. La rebelión de las masas no existe Sueco. Las masas son casi siempre un pretexto perfecto, mil veces manoseado, útiles como capital político, como votos, como carne de cañón y fuerza de choque. Al final, toda revolución arrojará consigo un gobierno oligárquico. Es la triste ley de la Historia, pero bueno, vamos por partes como dice el carnicero.

Transcribo textualmente esta interesantísima frase de Julio:

La historia de la clase media comienza con su traición a la patria. ¿He menester recordar al lector que la Independencia no fue para los intereses de la clase pobre sino porque la clase media, comprendida en su mayoría por criollos, estaba cansada de rendirle tributos a los asesinos a mansalva de la Corona Española?

A ver, a ver, a ver Julio, vamos a detenernos un poquito nada más ¿En qué momento exactamente traiciona la clase media a la Patria? Entiendo que para que exista una traición necesariamente debió existir un compromiso que romper o una causa que torcer y la verdad no se exactamente cuál era el compromiso de la Clase Media. Para empezar ¿A qué patria exactamente te refieres? ¿Cuál fue la patria que traicionaron? El Estado Mexicano nace formalmente con la Constitución de 1824, pero no se puede hablar de una verdadera conciencia nacionalista o identidad de nación hasta la Reforma (Andrés Molina Enríquez y Agustín Basave te dirían que el nacionalismo mexicano se forja realmente con la Revolución) Luego entonces, no entiendo exactamente qué patria traicionó la Clase Media. ¿La patria de los indios acaso? ¿El mítico Anahuac? Te equivocas Julio. Los indios jamás tuvieron una nación unificada ni una conciencia de patria

Por supuesto que la Independencia fue un movimiento de criollos burgueses, no solo en México sino en toda América. ¿Alguien creía lo contrario acaso?
Los movimientos insurgentes en América hubieran sido inconcebibles sin la existencia de una cada vez mayor burguesía criolla educada en los valores de la Ilustración, pero marginada de los privilegios de la nobleza española peninsular. En todos los países americanos, la figura del libertador fue la de un criollo acaudalado, educado a la europea e identificado con las logias masónicas. Simón Bolívar fue un aristócrata caraqueño que heredó una fortuna de sus padres y que fue formado en el Ejército Realista. De similar condición social y cultural son José de San Martín, Bernardo O Higgins, José de Sucre, Ignacio Allende y Agustín de Iturbide. Todos ellos criollos, descendientes de españoles ricos. Tal vez la única excepción en el Continente sea la independencia de Haití en 1804, derivada de una rebelión de esclavos (y que después degeneró en una monarquía negra. Os recomiendo leer el Reino de este mundo del buen Alejo Carpentier). Fuera de eso, todas las independencias de América guardan características muy similares. Sí, es cierto, hubo movimientos auténticamente populares e indígenas que desafiaron a la Corona Española. Ahí está el maya Jacinto Canek en Yucatán y Tupac Amaru en el Alto Perú, o la conspiración de los negros encabezada por Yanga en Veracruz, por mencionar un par de ejemplos, pero todos ellos fueron sofocados rápidamente, además de carecer de ideario político, como todos los movimientos nacidos en el seno de los pobres.
Tal vez en México haya casos sui generis, como el de Miguel Hidalgo, criollo burgués hijo de ricos hacendados, identificado con las masas populares, aunque carente de una visión de nación independiente (no olviden que en el Grito de Dolores clamó Viva Fernando VII y nunca un Viva la Independencia)
Tal vez el caso más admirable en México sea el de José María Morelos, caudillo por el que guardo el mayor respeto, que fundó las bases constitucionales de México con Sentimientos de la Nación y la Constitución de Apatzingán, si bien al final de cuentas los que consumaron la independencia, queramos o no, fueron Iturbide y sus criollos (Vicente Guerrero fue una figura meramente simbólica en el Ejército Trigarante y el Abrazo de Acatempan nunca se produjo, pues al pulcro Iturbide le daba asco la sarna de Guerrero)

La Clase Media fue la gran impulsora de las Leyes de Reforma en 1857. El Partido Liberal no es concebible sin la Clase Media como su gran columna vertebral, profesionistas letrados empapados de cultura masónica. El origen zapoteca de Juárez es sólo eso, mero origen. Cuando se da la Revolución de Ayutla Juárez era un abogado de la Clase Media, no un pastor indígena.

La Revolución es un caso muy similar. Su gran impulsor no fue un tipo de la Clase Media, sino de la aristocracia llamado Francisco I. Madero, cuya hacienda vinícola en Parras era en 1873 una de las más ricas del país. El Partido Antireeleccionista fue conformado en su mayoría por pequeño burgueses. Es cierto, hay expresiones populares de gran fuerza en esa enorme amalgama de movimientos y expresiones que nos da por unificar erróneamente en un solo concepto llamado Revolución. Esta el magonismo, embajador mexicano del ideario anarquista de Bakunin, el auténtico zapatismo (el de Emiliano, no el del payaso Guillén), embrión de la reforma agraria en México y el villismo, genialidad militar sin rival aunque carente de ideario político (seamos comprensivos, Villa ni siquiera sabía leer) El auténtico zapatismo es la expresión popular más pura de la Revolución Mexicana. Sin embargo, sus tablas sagradas, contenidas en el Plan de Ayala, son producto de las cabezas de los intelectuales del zapatismo como son Antonio Díaz Soto y Gama, Otilio Montaño y Gildardo Magaña. El zapatismo, cierto, influyó de manera decisiva en la Reforma Agraria que completaría Lázaro Cárdenas. Pero en esencia, la Revolución Mexicana arrancó como un movimiento de ¿Clase Media y se institucionalizó como un movimiento de Clase Media transformada en oligarquía priista. Zapata y Villa, los dos representantes auténticamente emanados del humilde campesinado, fueron asesinados y los grandes ganones, padres del sistema priista, fueron Calles y Obregón, ambos rancheros de la Clase Media sonorense. La Revolución institucionalizada en el PNR, tuvo la gran virtud de cooptar a las grandes masas obreras y campesinas en macro centrales como la CROM, la CTM y la CNC, si bien la nueva aristocracia revolucionaria, es decir, la que ejercía el poder, no emanaba del campesinado.

Vamos bien Julio Sueco o nos regresamos.

Te la voy a poner fácil Julio. Vamos a detenernos en la apoteosis de la izquierda mexicana, su sacrosanto e inmaculado movimiento del 68. ¿Fue un movimiento de obreros y campesinos? ¿Fue un movimiento respaldado por los desposeídos? No Julio. Tu odiada Clase Media fue la que atiborró el Zócalo en 1968. La inmensa mayoría de los estudiantes universitarios eran de la Clase Media o Media Baja, pero estarás de acuerdo conmigo que el proletariado mexicano raramente tiene la opción de estudiar una carrera universitaria.
¿Por qué no reaccionaron los obreros y campesinos tras el 2 de octubre? ¿Por qué no hubo huelgas? ¿Por qué fueron precisamente humildes campesinos quienes masacraron a unos estudiantes en el pueblo de Canoa?

A ver, las ligas guerrilleras ¿Quién las conformaba? La 23 de septiembre estaba conformada por estudiantes universitarios de tu adorada Clase Media amigo Julio. Es más, yo burguesito regiomontano tuve un tío que perteneció a esa liga y murió asesinado en 1974. ¿Has pasado alguna vez por la casa de Rosario Ibarra de Piedra? Yo sí, muchas veces. Está cerca del Tec de Monterrey, es una casa muy grande y muy bonita en una colonia que no se parece en nada a tus idílicas calles sin pavimentar del Pedregal de Santa Julia. ¿Crees que el hijo de Rosario Ibarra de Piedra era un indígena proletario? No. Era un señorito estudiante de medicina digno representante de tu amada Clase Media. ¿Por qué no los apoyaba el campesinado? ¿Por qué no reaccionaban los obreros? Lucio Cabañas era un maestro normalista, no un campesino y fueron campesinos traidores (tan traidores como tu odiada Clase Media) los que le dijeron a Acosta Chaparro y a Nassar Haro dónde estaba y ahí lo fueron a cazar el 2 de diciembre de 1974.

Es más, vamos a jugar en tu terreno Sueco ¿Quién carajos crees que es Rafael Sebastián Guillén Vicente? ¿Es acaso un humilde indígena tzotzil criado bajo las ceibas de la Selva Lacandona? ¿Un maya que vio morir a sus padres como Rigoberta Menchú? No señores. Guillén es un sociólogo clasemediero criado en Tampico que jamás pasó hambre. Lo pongo como ejemplo no porque su parodia de movimiento circense tenga alguna mínima credibilidad, sino para demostrar que hasta el becerro de oro de los indigenistas es un engendro de la odiada Clase Media de Julio.

Y así en México como en el Mundo amigo Sueco ¿Quién era Vladimir Ulianov Lenin? Un hijo de un comerciante de la Clase Media de la rivera del Volga que tuvo tiempo para ir a la universidad. ¿Quién era Marx? Un judío pequeño burgués y eso por no hablar de Engels, un aristócrata millonario que siempre mantuvo a su amigo
¿Quién era Fidel Castro? Un brillante estudiante de leyes de la Clase Media cubana. ¿Quién era Ernesto Guevara? Un médico argentino de la Clase Media. Es más, lo dice en el mismo Diario del Che en Bolivia, esa Biblia a la que todo militante del CGH aficionado a los Pumas de la UNAM que fuma mota en Coyoacán debe haberle metido diente y que yo también he leído, aunque usted no lo crea ¿Y de qué se quejaba el Che en su diario? De que los campesinos de Bolivia lo mandaban al carajo, le ponían dedo con los militares y se negaban a darle de comer una miserable sopa.

Y ejemplos hay miles amigo Sueco. Me podría pasar horas hablando de la Clase Media que tanto desprecias y a la que quieras o no perteneces. Pero mejor ahí la dejamos. Como verás, me emociono mucho cuando hablo de Historia y me gustaría mucho que tus amigos del Colegio de Michoacán, que tienen todo el tiempo del mundo para estudiar Historia, le entraran al debate. Ellos tienen todo el tiempo para estudiar pues son becados y reciben lana del gobierno federal, mientras que yo trabajo para vivir y soy autodidacta en mis ratos libres, pero no se por qué se me hace que en esgrimas intelectuales de Historia sí me ando llevando de encuentro a los discípulos de Don Luis González.

PD-
Ojalá cuando vengas de Suecia a Tijuana tengas la oportunidad de acompañarme a un Martes de Puertas Abiertas, la jornada comunitaria que encabeza cada semana el alcalde Jorge Hank Rhon y en donde los más pobres de los pobres acuden a limosnear al todo poderoso. Ahí verás en esa sala de espera a la crema y nata de tu amada e idílica Tijuana sin pavimentar. Cada martes yo estoy ahí. Cada martes yo hablo con la gente. Ahí está la encarnación misma del lúmpen de Tijuana. Ahí están los más pobres de los pobres haciendo lo que mejor se les da, que es pedir limosna al poderoso.
Y esos habitantes de la idílica y espiritual Tijuana sin pavimento, esos que con sus morenos píes descalzos recorren la tierra sin asfalto de esta urbe de contrastes, son los que con sus votos y su apoyo en masa llevarán a ser gobernador en 2007 a un producto de la más insultante aristocracia en México, criatura engendrada por el poder político y empresarial sin límites. Ese señor se llama Jorge Hank Rhon y se ha encumbrado en el poder y se seguirá encumbrando gracias a los votos de ese romántico y digno proletariado tijuanense habitante de un paraíso sin pavimento, a los que compra con una despensa, con una buena borrachera aderezada con banda sinaloense y una taquiza y mira que paradojas, con la promesa de pavimentar sus calles ¿Será real esa Tijuana cuando tenga pavimento? ¿La amarás?
Por lo demás, el idílico, heroico y humilde proletariado es el sostén, el cimiento y el pilar político de la máxima encarnación del despotismo aristócrata que he conocido en mi vida. Que paradójico es el proletariado amigo Julio.

Sigamos disfrutando del libre intercambio de ideas, que para eso es el blog.