Los escritores en la blogósfera
¿Por qué los blogs de los escritores “profesionales” son tan aburridos? ¿Por qué los escritores son tan inconstantes con su labor bloguera? Escriben una vez cada dos meses y aquello que escriben resulta en extremo aburrido y soso. Cada que en Reforma o en un suplemento cultural de teorréicos del estilo se escribe algo sobre el fenómeno blog, siempre mencionan a los mismos de siempre. La misma pinche lista de siempre. Los mencionan porque son profesionales del papelucho y se les hace muy significativo que tengan un blog, pero dentro de la blogósfera son espacios que la mera verdad, dan una hueva insoportable.
¿Tendrán mucho trabajo los escritores? ¿Estarán muy ocupados? Sinceramente no creo que tengan más trabajo que yo. La mayoría se desempeña en medio de la pachorra ahuevante de los horarios académicos y los eventos culturales, por lo que no tienen ni por asomo una remota idea de lo que significa la carrilla de un periódico. Tal vez esa es la clave por la que escribo tanto. Yo estoy acostumbrado a escribir a toda prisa, en minutos y prácticamente ni releo lo escrito. También estoy acostumbrado a escribir diario y por ello detesto la inconstancia bloguera. La inmediatez es mi inseparable compañera. Los escritores están acostumbrados al paso de las tortugas, a la vida del rumiante que pasta sin prisa en los prados.
Ejemplos me sobran: En lo personal hay dos libros de Fadanelli que me gustan mucho: Clarisa ya tiene un muerto y Lodo. Benito Torrentera es uno de los personajes más deliciosos de la literatura contemporánea. Luego me entero que Fadanelli tiene un blog, acudo a leerlo con enorme expectativa y vaya decepción. Inconstante, aburrido y sin mucha sustancia. Prefiero sus novelas.
Otro ejemplo es el de Fernando Nachón. A mis 16 años de edad, cuando leí Diario de un pendejo, Nachón se convirtió en uno de mis escritores de culto. Leí y respeté primero a Nachón que a Bukowski, con eso les digo todo. El Diario de un pendejo, editado en pasta color rosa es hoy en día una edición de las más apreciadas de mi biblioteca. Hace dos semanas, en medio de una borrachera, nos regocijamos largo rato leyendo sus poemas y sus aventuras. No exagero si digo que es uno de lo los libros más divertidos y audaces que hay en mi librero. Años después Nachón sacó un libro llamado Los niños bien. Una porquería de libro, en verdad para olvidar. Preferí quedarme con el recuerdo del Diario. Después leí el blog de Nachón y me resultó como un partido de 0-0. Demasiado arsenal de malicia literaria y sagacidad la que hay en ese escritor, para acabar ofreciendo un blog tan soso y desangelado. No se que le pasó en verdad. A los demás blogueros chilangos la verdad ni los leo. Con decirles que dejé de comprar La Tempestad luego de toparme con un blog tan desabrido, pedante e inconstante como el de Nicolás Cabral. Con eso les digo todo.
Y bueno, ¿qué decir de la escritora más sobre-valorada de toda la blogósfera? De Cristina Rivera Garza leí Nadie me verá llorar y La cresta de Ilión. Me agradó más el primero que el segundo, aunque ninguno me parece ni por mucho una obra inolvidable. Tal vez padecí el triste efecto de la alta expectativa. Yo leí a Cristina Rivera Garza no por iniciativa propia (como suele suceder con el 90% de los libros que leo, a los que llego por pura intuición) sino por recomendación. Me hablaron de una escritora fuera de serie, que rompía de golpe y porrazo todos los cánones de la narrativa mexicana y ante la que no podría permanecer indiferente. Ambos libros me los prestaron, no los compré, cosa rara en mí. La leí con una altísima expectativa y...mmmm, me quede con un “sin embargo” un soso “and so...? Eso es todo? Y sí, ya se que me lloverán insultos de su club feminista de admiradoras, pero lo cierto es que si sus libros me resultaron sosos, su blog me parece, las más de las veces, aburridísimo. Digo, cada quien tiene sus gustos. De otros tipos igualmente aburridos ya he dicho todo lo que tenía que decir y no cambio ni una coma.
De todos los blogs reseñados en las columnas que han dedicado al fenómeno en suplementos culturales, sólo leo el de Coleccionista de Huecos y el de Tanteos de Bernardo Jauregui, ambos colocados entre mis favoritos y ampliamente recomendables. Son las únicas excepciones. Creo que en lugar de perder su tiempo hablando de blogs inconstantes y desabridos, Palau y el otro tipo (¿Se llamaba Homero?), deberían darle una leidita a blogs como el de Angel Decadente, Humphery Bloggart, Judith, Chango 100, Semidios, Julio Sueco, Conflictiva, Selene En Granada, Mayra Luna, Solzimer, El Charquito, Chivis, Nanilkah, Burgues, PG Beas, Bruno Ruiz, Nana X y un larguísimo etcétera de gente que sin pretender ser escritores, han creado unos productos cibernéticos mucho ingeniosos, constantes y dignos de leerse que el de los maniquís del papel que nomás vienen a dar lástimas a la blogósfera.
- Ustedes disculpen la brutal honestidad-
¿Por qué los blogs de los escritores “profesionales” son tan aburridos? ¿Por qué los escritores son tan inconstantes con su labor bloguera? Escriben una vez cada dos meses y aquello que escriben resulta en extremo aburrido y soso. Cada que en Reforma o en un suplemento cultural de teorréicos del estilo se escribe algo sobre el fenómeno blog, siempre mencionan a los mismos de siempre. La misma pinche lista de siempre. Los mencionan porque son profesionales del papelucho y se les hace muy significativo que tengan un blog, pero dentro de la blogósfera son espacios que la mera verdad, dan una hueva insoportable.
¿Tendrán mucho trabajo los escritores? ¿Estarán muy ocupados? Sinceramente no creo que tengan más trabajo que yo. La mayoría se desempeña en medio de la pachorra ahuevante de los horarios académicos y los eventos culturales, por lo que no tienen ni por asomo una remota idea de lo que significa la carrilla de un periódico. Tal vez esa es la clave por la que escribo tanto. Yo estoy acostumbrado a escribir a toda prisa, en minutos y prácticamente ni releo lo escrito. También estoy acostumbrado a escribir diario y por ello detesto la inconstancia bloguera. La inmediatez es mi inseparable compañera. Los escritores están acostumbrados al paso de las tortugas, a la vida del rumiante que pasta sin prisa en los prados.
Ejemplos me sobran: En lo personal hay dos libros de Fadanelli que me gustan mucho: Clarisa ya tiene un muerto y Lodo. Benito Torrentera es uno de los personajes más deliciosos de la literatura contemporánea. Luego me entero que Fadanelli tiene un blog, acudo a leerlo con enorme expectativa y vaya decepción. Inconstante, aburrido y sin mucha sustancia. Prefiero sus novelas.
Otro ejemplo es el de Fernando Nachón. A mis 16 años de edad, cuando leí Diario de un pendejo, Nachón se convirtió en uno de mis escritores de culto. Leí y respeté primero a Nachón que a Bukowski, con eso les digo todo. El Diario de un pendejo, editado en pasta color rosa es hoy en día una edición de las más apreciadas de mi biblioteca. Hace dos semanas, en medio de una borrachera, nos regocijamos largo rato leyendo sus poemas y sus aventuras. No exagero si digo que es uno de lo los libros más divertidos y audaces que hay en mi librero. Años después Nachón sacó un libro llamado Los niños bien. Una porquería de libro, en verdad para olvidar. Preferí quedarme con el recuerdo del Diario. Después leí el blog de Nachón y me resultó como un partido de 0-0. Demasiado arsenal de malicia literaria y sagacidad la que hay en ese escritor, para acabar ofreciendo un blog tan soso y desangelado. No se que le pasó en verdad. A los demás blogueros chilangos la verdad ni los leo. Con decirles que dejé de comprar La Tempestad luego de toparme con un blog tan desabrido, pedante e inconstante como el de Nicolás Cabral. Con eso les digo todo.
Y bueno, ¿qué decir de la escritora más sobre-valorada de toda la blogósfera? De Cristina Rivera Garza leí Nadie me verá llorar y La cresta de Ilión. Me agradó más el primero que el segundo, aunque ninguno me parece ni por mucho una obra inolvidable. Tal vez padecí el triste efecto de la alta expectativa. Yo leí a Cristina Rivera Garza no por iniciativa propia (como suele suceder con el 90% de los libros que leo, a los que llego por pura intuición) sino por recomendación. Me hablaron de una escritora fuera de serie, que rompía de golpe y porrazo todos los cánones de la narrativa mexicana y ante la que no podría permanecer indiferente. Ambos libros me los prestaron, no los compré, cosa rara en mí. La leí con una altísima expectativa y...mmmm, me quede con un “sin embargo” un soso “and so...? Eso es todo? Y sí, ya se que me lloverán insultos de su club feminista de admiradoras, pero lo cierto es que si sus libros me resultaron sosos, su blog me parece, las más de las veces, aburridísimo. Digo, cada quien tiene sus gustos. De otros tipos igualmente aburridos ya he dicho todo lo que tenía que decir y no cambio ni una coma.
De todos los blogs reseñados en las columnas que han dedicado al fenómeno en suplementos culturales, sólo leo el de Coleccionista de Huecos y el de Tanteos de Bernardo Jauregui, ambos colocados entre mis favoritos y ampliamente recomendables. Son las únicas excepciones. Creo que en lugar de perder su tiempo hablando de blogs inconstantes y desabridos, Palau y el otro tipo (¿Se llamaba Homero?), deberían darle una leidita a blogs como el de Angel Decadente, Humphery Bloggart, Judith, Chango 100, Semidios, Julio Sueco, Conflictiva, Selene En Granada, Mayra Luna, Solzimer, El Charquito, Chivis, Nanilkah, Burgues, PG Beas, Bruno Ruiz, Nana X y un larguísimo etcétera de gente que sin pretender ser escritores, han creado unos productos cibernéticos mucho ingeniosos, constantes y dignos de leerse que el de los maniquís del papel que nomás vienen a dar lástimas a la blogósfera.
- Ustedes disculpen la brutal honestidad-