Eterno Retorno

Monday, March 01, 2004

Dilemas lésbicos

Leo con sumo interés el post de Judith sobre la insoportable lesbianidad del ser. Y medito sobre algo que da vueltas en mi cabeza desde hace cierto tiempo. Las feministas dicen que los hombres tenemos derecho a muchas cosas que las mujeres no. Pues bien: Yo sostengo que las mujeres tienen derecho a la homosexualidad y los hombres no. En eso sí la llevan de ganar.
En nuestra cultura lo lésbico es cool, poético, erótico, estético. Lo gay es repugnante, grotesco, asqueroso. Vaya, hasta el soft porno más light incluye escenas lésbicas y sólo el hard core más puerco incluye escenas de putos. Claro, lo que vemos en el porno es un lesbianismo muy idealizado por los hombres. Las lesbianas de las revistas siempre son chicas guapas, muy femeninas y jamás de los jamases nos pondrán una gorda de pelo corto y camisa de cuadros cogiendo con una machorra vestida de policía. Vaya, lo que me refiero es que cualquier revista porno, por light y suave que sea, trae una escena lésbica. En cambio, para ver una escena de putos, tienes que irte a las secciones más hard core del porno shop. Todos los hombres nos excitamos (sí, generalizo y que levante la mano el que no) con la imagen de dos chicas en 69 o de dos chicas besándose. Ahí está el éxito rotundo de las rusitas de Tatu. Un falso lesbianismo impuesto por la industria del disco, pero muy bonito, muy estético y cachondo. Y sin embargo, no conozco una sola mujer que encuentre excitante ver a un par de putos en pleno acto de sodomía y el día que la música pop nos ponga un dueto de maricones dándose besos en un video, sobrarán reclamos y expresiones de asco.
Es más; una de las fantasías más recurrentes de los hombres que van los clubes swingers, es poner a sus parejas a cachondearse con otra mujer. A muchos hombres les prende de sobremanera ver a su chica en acto lésbico y ni siquiera sienten celos. En cambio, yo quiero saber si hay una mujer a la que le gustaría ver a su marido mientras es sodomizado.
Las lesbianas definitivamente la tienen más fácil. Físicamente, su acto es más limpio, más pulcro, más erótico y no se enferman de sida. La mayoría de los hombres (salvo los muy santurrones y mojigatos) vemos el lesbianismo como una actitud sexy, cachonda y muy antojable y sin embargo, sentimos (por lo menos) cierta incomodidad al presenciar un beso o un cariño entre dos hombres. La sodomía masculina es vista socialmente como el non plus ultra de la asquerosidad y la vileza. He visitado el Castro en San Francisco y el Red Light en Amsterdam y mentiría si dijera que no sentí cierta repugnancia automática al ver a dos tipos besándose. No me considero homófobo ni tengo nada contra sus derechos y sus matrimonios (por mí que se aprueben legalmente) pero eso no quita que me genere asco ver, ya sea en foto, video o en vivo, una escena de homosexualismo masculino y sin embargo, lo confieso, me agrada mucho ver escenas lésbicas. Llámenle machismo, prejuicios culturales, represión, lo que quieran. Yo no soy el psicólogo y mi libido me genera mensajes de excitación ante lo lésbico y de repugnancia ante lo puto. Que venga Bataille a explicarme estos misterios del erotismo humano.