Con las tramposas garras del felino menor
“Con las Garras”, cabecea el Esto su portada... ¿Con las garras?... Con el Juez de Línea, pinches pumitas tramposos. Sí, ya se que es un viejo tema, que todos los lunes por la mañana hay un mexicano encabronado con un árbitro que le amargó el fin de semana, pero ahora sí se pasaron de lanza.
Le anularon un gol legítimo a los Tigres por supuesto fuera de lugar. ¿Fuera de lugar? Con un defensa metido dentro de la portería? ¿Para eso se coloca el abanderado en la línea? Robo vil. Debimos ganar ese partido- En fin, me da demasiado coraje, pero aún así, me niego a computarizar las decisiones arbitrales como en la NFL. Parte del sabor y la salsa picante del futbol son estas cosas, que en el caso de este gol anulado van más allá del error humano y me hace pensar en la nefasta influencia del CGH en el arbitraje. Pero con todo y la capa caída producto de tres derrotas consecutivas: ARRIBA LOS TIGRES- Vamos por la revancha Fuerza Felina-
La razón por la que no acudí a ver a Vince Neil
En 1988 y 89, hasta mis amigos mas fresoídes del Liceo Anglo Francés de Monterrey y el Mater tenían sus discos de rock. Era típico ver a las chicas más antojables de la secundaria con su disco de Poison “Open un and say ...Ahh”, cantando Fallen Angel y Every Rose, o emocionadas con Sweet Child of Mine y Paradise City de GNR o Home Sweet Home de Motley Crue. Todo adolescente fresita de aquella época debió vibrar con esas bandas a las que se debe agregar Cinderella, Warrant, Salughter etc. Para algunas personas ese fue el punto de partida para empezar a escuchar verdadero metal. Otros, abandonaron rápidamente la moda y pronto la sustituyeron por Peral Jam y Nirvana y hoy en día son yuppies treintones que escuchan Cold Play, Radiohead y pagan 100 dólares por ver a Luis Miguel.
Aunque para entonces ya tenía ciertas millas recorridas en Maiden, Judas y AC/DC, no puedo negar que a mis 14 años me gustaba el Appetite For Destruction de GNR y el Girls, Girls de Motley Crue, aunque jamás lo elevé a la categoría de rolas de culto, como era el caso de mi amigo chilango David Obregón, que amaba hasta el homosexualismo a las bandas de glam. A mis 15 años, influido por la ola de thrash- core- grind, me avergoncé de esos gustos, tiré mis discos de Guns y Motley, los consideré el colmo de lo poser, lo fantoche y el falso metal. Me gustaba corear el siguiente acróstico A.I.D.S. Axel, Infected, Dick, Sucker. Odiaba al glam metal casi tanto como al rap y los negros (bueno, no tanto pero casi, casi) A mis 19-20, ya de regreso en Monterrey, acudí a los conciertos de Motley y Guns en la Sultana, pero básicamente porque trabajaba en el radio y mis boletos eran gratis, pero jamás me volví a aficionar a esa bandas. Hoy en día escucho algunas por nostalgia de un tiempo en que encendías la radio comercial y podías escuchar rock. Rock falso y poser si ustedes quieren, pero era rock y no pop o electrónico, lo cual, en estos tiempos, ya es ganancia. Eran músicos que tocaban guitarra, no viles djs que simplemente prenden aparatos. Es más, en la nave traigo un casete de Tesla, sin duda la agrupación más respetable y de mejores músicos que produjo la época. De cualquier manera Motley jamás me gustó gran cosa y me cuesta trabajo aceptar que se nombre al Vicente Neil como un personaje del metal. Semejante poser, representante de una de las corrientes más supérfulas que ha generado el maravilloso mundo del rock duro. Tal vez si me hubieran invitado el boleto hubiera acudido al Jai Alai y tal vez hasta hubiera coreado Looks that Kill. Y párenle de contar.
Pero claro, como soy un ser que aprecia la buena música, nada podrá impedirme ir mañana hasta el centro de San Diego a escuchar la mágica guitarra de Yngwie Malmsteen. ¿Por qué no nos traen músicos de semejante calidad al Jai Alai?
Y el próximo 25, acudiremos a escuchar el Réquiem de Mozart al Cecut.
La razón por la que no acudí al homenaje a Güereña
No me pasa la música de Tijuana No. La verdad no me prende, no es mi estilo. Por ahí me puedo poner alegre con Pobre de ti y párale de contar. Por ello y no por otra razón, no acudí a la tocada homenaje. De todos los que estaban en lista, el único cuya música en verdad me agrada es Solución Mortal.
Alguna vez, allá por el lejano año de 1992, los No fueron a tocar al Squizzo de Monterrey. Influido por mi amigo tijuanero César Romero (tijuanense proud cuando vivía en Monterrey, regio de corazón cuando está en Tijuana) acudí a dicha tocada, básicamente para echar desmadre y slamear de manera violenta. Pero para ser honesto, su música no es de mi agrado. Ya que le meten Ska al punk vamos mal. Nomás no me pasa. La Maldita y toda esa corriente despreciable no va conmigo. Digo, todavía le metieran al punk al estilo GBH, Exploited, o puro Hard Core acá feroz, bien Extreme Noise Terror, onda acá dura, atascada, Agnostic Front, Sick Off It All, DRI, o Crass si te da por el anarcopacifismo, pero ese engendro entre ska y rock en tu idioma me aburre de sobremanera. Básicamente por ello no acudí. (Por cierto en la nave traigo el casete de covers clásicos de Hard Core ejecutados con maestría por Slayer. Puro poder, pura agresividad)
“Con las Garras”, cabecea el Esto su portada... ¿Con las garras?... Con el Juez de Línea, pinches pumitas tramposos. Sí, ya se que es un viejo tema, que todos los lunes por la mañana hay un mexicano encabronado con un árbitro que le amargó el fin de semana, pero ahora sí se pasaron de lanza.
Le anularon un gol legítimo a los Tigres por supuesto fuera de lugar. ¿Fuera de lugar? Con un defensa metido dentro de la portería? ¿Para eso se coloca el abanderado en la línea? Robo vil. Debimos ganar ese partido- En fin, me da demasiado coraje, pero aún así, me niego a computarizar las decisiones arbitrales como en la NFL. Parte del sabor y la salsa picante del futbol son estas cosas, que en el caso de este gol anulado van más allá del error humano y me hace pensar en la nefasta influencia del CGH en el arbitraje. Pero con todo y la capa caída producto de tres derrotas consecutivas: ARRIBA LOS TIGRES- Vamos por la revancha Fuerza Felina-
La razón por la que no acudí a ver a Vince Neil
En 1988 y 89, hasta mis amigos mas fresoídes del Liceo Anglo Francés de Monterrey y el Mater tenían sus discos de rock. Era típico ver a las chicas más antojables de la secundaria con su disco de Poison “Open un and say ...Ahh”, cantando Fallen Angel y Every Rose, o emocionadas con Sweet Child of Mine y Paradise City de GNR o Home Sweet Home de Motley Crue. Todo adolescente fresita de aquella época debió vibrar con esas bandas a las que se debe agregar Cinderella, Warrant, Salughter etc. Para algunas personas ese fue el punto de partida para empezar a escuchar verdadero metal. Otros, abandonaron rápidamente la moda y pronto la sustituyeron por Peral Jam y Nirvana y hoy en día son yuppies treintones que escuchan Cold Play, Radiohead y pagan 100 dólares por ver a Luis Miguel.
Aunque para entonces ya tenía ciertas millas recorridas en Maiden, Judas y AC/DC, no puedo negar que a mis 14 años me gustaba el Appetite For Destruction de GNR y el Girls, Girls de Motley Crue, aunque jamás lo elevé a la categoría de rolas de culto, como era el caso de mi amigo chilango David Obregón, que amaba hasta el homosexualismo a las bandas de glam. A mis 15 años, influido por la ola de thrash- core- grind, me avergoncé de esos gustos, tiré mis discos de Guns y Motley, los consideré el colmo de lo poser, lo fantoche y el falso metal. Me gustaba corear el siguiente acróstico A.I.D.S. Axel, Infected, Dick, Sucker. Odiaba al glam metal casi tanto como al rap y los negros (bueno, no tanto pero casi, casi) A mis 19-20, ya de regreso en Monterrey, acudí a los conciertos de Motley y Guns en la Sultana, pero básicamente porque trabajaba en el radio y mis boletos eran gratis, pero jamás me volví a aficionar a esa bandas. Hoy en día escucho algunas por nostalgia de un tiempo en que encendías la radio comercial y podías escuchar rock. Rock falso y poser si ustedes quieren, pero era rock y no pop o electrónico, lo cual, en estos tiempos, ya es ganancia. Eran músicos que tocaban guitarra, no viles djs que simplemente prenden aparatos. Es más, en la nave traigo un casete de Tesla, sin duda la agrupación más respetable y de mejores músicos que produjo la época. De cualquier manera Motley jamás me gustó gran cosa y me cuesta trabajo aceptar que se nombre al Vicente Neil como un personaje del metal. Semejante poser, representante de una de las corrientes más supérfulas que ha generado el maravilloso mundo del rock duro. Tal vez si me hubieran invitado el boleto hubiera acudido al Jai Alai y tal vez hasta hubiera coreado Looks that Kill. Y párenle de contar.
Pero claro, como soy un ser que aprecia la buena música, nada podrá impedirme ir mañana hasta el centro de San Diego a escuchar la mágica guitarra de Yngwie Malmsteen. ¿Por qué no nos traen músicos de semejante calidad al Jai Alai?
Y el próximo 25, acudiremos a escuchar el Réquiem de Mozart al Cecut.
La razón por la que no acudí al homenaje a Güereña
No me pasa la música de Tijuana No. La verdad no me prende, no es mi estilo. Por ahí me puedo poner alegre con Pobre de ti y párale de contar. Por ello y no por otra razón, no acudí a la tocada homenaje. De todos los que estaban en lista, el único cuya música en verdad me agrada es Solución Mortal.
Alguna vez, allá por el lejano año de 1992, los No fueron a tocar al Squizzo de Monterrey. Influido por mi amigo tijuanero César Romero (tijuanense proud cuando vivía en Monterrey, regio de corazón cuando está en Tijuana) acudí a dicha tocada, básicamente para echar desmadre y slamear de manera violenta. Pero para ser honesto, su música no es de mi agrado. Ya que le meten Ska al punk vamos mal. Nomás no me pasa. La Maldita y toda esa corriente despreciable no va conmigo. Digo, todavía le metieran al punk al estilo GBH, Exploited, o puro Hard Core acá feroz, bien Extreme Noise Terror, onda acá dura, atascada, Agnostic Front, Sick Off It All, DRI, o Crass si te da por el anarcopacifismo, pero ese engendro entre ska y rock en tu idioma me aburre de sobremanera. Básicamente por ello no acudí. (Por cierto en la nave traigo el casete de covers clásicos de Hard Core ejecutados con maestría por Slayer. Puro poder, pura agresividad)