Eterno Retorno

Tuesday, February 11, 2003


Hay quien piensa que ser reportero de investigación es lo máximo. Creen que es como estar en el paraíso. No es así. Uno tiene que darle demasiados latigazos a la imaginación para engendrar algo digno de ser leído y mi imaginación yace en un pantano. Definitivamente, la nota diaria es cómoda dentro de su burocrática incomodidad. Lástima que uno tenga que vivir pendiente del aborto diarreico que arroje el culo del El Mexicano. Nunca he querido ser editor y me he negado a ocupar tal cargo, pues detesto estar todo el día encerrado en la redacción con una corbata amarrada al cuello. Aquí ser editor significa ser un empacador de notas. Es casi un trabajo de maquila. Pero con la creatividad tan amodorrada como la tengo, tal vez ha llegado mi tiempo de empezar a maquilar.