Eterno Retorno

Tuesday, February 11, 2003


Olvidé mi mochila en casa. Ahí cargo mis libros de cabecera, que generalmente son tres y además, muy importante, los papeles del carro. Esto significa que ante el más mínimo Apocalipsis vial, no estaré en posibilidades de demostrarle al Muni-cipal que yo soy el dueño del carro y que no lo he robado. Mis iniciativas periodísticas yacen en el fondo de un pantano. La lluvia me pone nostálgico y a la vez nervioso. Tengo la firme intención de emprender una rápida fuga al centro sandieguino, pues hay algunas cosas que debo hacer por allá. Desde hace un rato compré El viaje vertical de Vila Matas y aún no lo he le-ído. El cielo amenaza con diluvios universales para mañana y pasado.