Eterno Retorno

Tuesday, May 27, 2025

Tal vez la muerte que ya viene a buscarme es una parca española

 

 


¿El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas? No lo sé, pero cuando duermo en la cama de Ikercho siempre tengo sueños rarísimos, vívidos, con esencia de viaje astral. De pronto creo estar solo dormitando y salgo por la ventana o atravieso la pared como un fantasma y entonces es como si nuestra casa fuera tan solo un cuarto de hotel, una habitación yaciente en la inmensidad de un gran conjunto habitacional. Recuerdo sobre todo pasillos, oscurísimos pasillos, deshumanizados jardines y edificios y por alguna razón aquello era Japón pero era también una perpetuación del cuarto de Ikercho y una Mátrix murakamiana. En cualquier caso, la red duermevelera está llena de agujeros y el atrapasueños es un fraude porque últimamente nomás no puedo pescar nada por más intensos que los sueños se hayan tornado. Pero insisto: esto del despiadado país de las maravillas fue un pinche viajesote black trip astralucinado.

 

Los vívidos trips duermeveleros me llevan a aquella churrasquísima película ochentera de El Auto. ¿La recuerdas? Un carro negro conducido por el mismísimo Diablo. Al parecer el auto nos perseguía por la rampa Otay, pero no era muy difícil burlarlo dando unos cuantros giros radicales en una rampa postalera típicamente tijuanesca

 

Tal vez la muerte que ya viene a buscarme es una parca española, porque en cualquier caso está llegando tarde, muy tarde. O acaso es alemana o japonesa y vendrá con obscena puntualidad a buscarme en una mañana como esta, tal vez hoy mismo. ¿Por qué no? Ritual de taquicardias y sueños interrumpidos por la enésima meada de la noche

 

Así se siente el fin del viaje, vacío visceral de mares y especies.