Eterno Retorno

Wednesday, March 06, 2024

Quesque siempre sí, dijo mi mamá

 


Que dijo mi mamá que siempre sí. “Invita Cecut a libreros de usado a la Feria del Libro”, publica Frontera. Chingón colegas. Aplauso. Es de sabios rectificar y enmendar muy a tiempo una decisión errónea.   Bienvenidos mis queridos marchantes de reliquias a nuestra feria tijuanense. Estoy seguro de que esto es lo mejor para todos.

Miren colegas, entiendo que por su origen la nuestra es una feria de libreros y no de editoriales y me he resignado a que no es el propósito hacerla crecer a nivel Guadalajara o mínimo Monterrey (cosa que nunca sucederá con este esquema). Entiendo y hasta justifico que la Unión de Libreros no quiera tener el súper stand mastodonte de Planeta o Random House robándole la clientela, pero ya dejar fuera a libreros de viejo que han venido por años a Tijuana me parece que raya en el afán acaparador. Y ojo, no es real que se trate de una competencia desleal porque asumimos que el libro usado es necesariamente más barato. Una buena pieza de colección suele costar más (y lo vale) que una novedad editorial de temporada. En fin, dejemos que sean los lectores quienes decidan qué libros los seducen. La esencia de Tijuana y lo tijuanense es la diversidad y la inclusión y por ello nuestra Feria debe ser incluyente. Les pongo un ejemplo: a mí no me gustan las librerías cristianas o de cualquier religión y me repugna que una feria libresca pueda fungir como plataforma para esparcir dogmatismo y mojigatería oscurantista, pero discípulo de Voltaire como soy, reconozco su pleno derecho a contar con un espacio para ofrecer sus libros y expresar sus ideas, aunque yo no comulgue con ellas.

Y una vez más colegas: yo soy el más feliz de ver resucitar a la fiestan tijuanense de los libros y voy a apoyarla como he hecho siempre, así que exhorto a los grillos cantores y apedreadores de rancho a mejor sumarse. Vaya, también hay quienes se regodean en sus papeles de víctimas y marginados eternos y en el fondo la exclusión les venía de maravilla, pues les generaba el escenario ideal para el rasgado de vestiduras que tanto disfrutan. No se hagan bolas colegas:  al final del camino yo soy solo un lector al que le emociona pepenar libros y las todas ferias librescas – grandes o chicas, oficiales o marginales, de pueblo o de metrópoli- son una fiesta y las trato de disfrutar por igual. Les juro que en absolutamente todas encuentro siempre un libro capaz de flecharme.