Cacería de cheneques al alba
Tantas veces he
intuido la profundidad del abismo en mis
despertares de madrugada
Tantas veces la desolación
de ser carne y hueso sin nombre, un fluir de sangre infecta
Abrir los ojos en
medio del caos cósmico y saberte materia
absurda, polvo de noche, miserable como la meada que me arrancó de la red
duermevelera
Sonámbulo avanzo rumbo al baño, habitado por los vestigios de mil
espectros prófugos de sueños interruptus
Cada despertar es una
estación más en el descenso en espiral hacia el negrísimo abrazo
Cada nueva cacería de
cheneques al alba, cada invocación de la
extrañeza en el último retazo de tiniebla
Ya soy la ceniza que
seré, ya escucho el ordinario lamento, ya leo el hipócrita obituario
La Parca respirando en
el hombro ha dejado de ser metafórica sustancia.