Eterno Retorno

Monday, January 14, 2019

Infernal era el estruendo como densa la sombra proyectada por ese dirigible espía sobrevolando Río San Juan, un blanquísimo Zeppelin prófugo de Camp Pendelton con sus barras y sus estrella que yo alcanzaba a fotografiar, pues mi iPhone no suele rajarse en los territorios de lo onírico, y como pistola lo sacaba a la altura del sauce alegre. Una, dos, tres fotos de la aeronave volando bajo por el jardín hasta el momento de su aterrizaje forzoso entre el cuarto de servicio y la perene sombre del aguante. Fotos y más fotos, antes de ofrecer mi infructuosa ayuda para la tripulante encamillada, negra capitana que sufre de mareos y el horror por el olvido del derrumbe onírico de antenoche, el chillido del gato en brama, la luz de enero irrumpiendo como furtivo cazador por la ventana.