Eterno Retorno

Tuesday, April 24, 2018

Creo que dos de los cantos más hermosos que han brotado en el mundo del futbol, son el You Never Walk Alone y el Grazie Roma. Cuando Anfield o el Olímpico Romano vibran con esos himnos, es imposible mantener la frialdad y no derramar una lágrima. Dos de los equipos europeos por los que he sentido siempre un mayor cariño son precisamente la Roma y el Liverpool. Me parecen dos de las culturas futbolísticas más auténticas del Viejo Continente. No tienen aficiones postizas, turísticas y artificiales como las de Barcelona, Real Madrid, PSG o los Manchester. Hace mucho que no ganan ligas en sus respectivos países y sin embargo siempre están ahí, con la dignidad de los viejos guerreros. A la Roma tuve la oportunidad de verla en un momento histórico. Carol y yo fuimos a ver a la Loba al Olímpico en mayo de 2001, en el antepenúltimo partido de la temporada en que se coronó por última vez. Era la Roma de Batistuta, Cafú, Samuel y el inmortal Totti, dirigidos por el cerebral Capello. Fue un duelo contra el Atalanta que ganó la Loba 1-0 con gol de Vicenzo Montella. Lo vivido en ese estadio, en ese momento, sigue siendo la experiencia de contagio pasional más extrema que he experimentado en un estadio y mira que he ido a cientos de partidos de futbol en diez países del mundo. Ni siquiera en la Bombonera de Boca viví algo así. A Anfield no he tenido la oportunidad de ir, pero conozco hinchas del Liverpool y he sentido la pasión que irradian. Desde hace años sigo los juegos de los Rojos del puerto y ahora con Klopp simplemente no me los pierdo. El juego que hoy han dado lo recordaremos mucho tiempo. El tridente Salah- Firmino- Mané es de otro mundo. La sensación de letalidad, velocidad y verticalidad me parece más extrema que la de la añorada MSN del Barcelona o a la BBC de Madrid. Al Jürgen Klopp le gusta el Hevay Metal y el movimiento perpetuo, pero Eusebio Di Franceso ha cruzado más de una vez el Rubicón. Liverpool tiene pasta, pinta y garra de campeón, pero la Roma no está muerta. Liverpool tiene las armas y el espíritu para dar la vuelta olímpica y emular la hazaña de 2005 en Estambul. Le hace muy bien a la Champions tener a este par de equipos. Ojalá que alguno de ellos levante la Orejona. En verdad me encantaría.