Tras la euforia viene la calma. Algunas reflexiones sobre el título Tigre
1- Lo de anoche fue un suicidio táctico. Soy y he sido un defensor del Tuca Ferreti, pero ayer el entrenador mandó un pésimo mensaje. Los cambios fueron para apretar los dientes, cerrar los puños y sacar el rosario. ¿Por qué no Guerrón y Damián? ¿Por qué no buscar vacunar en el primer tiempo? ¿Qué impidió repetir la fórmula empleada en Chiapas y la Bombonera?
2- Del baúl de mis recuerdos: el repechaje de la liguilla 92-93 enfrentó a los Tigres de Pancho Avilán contra los Pumas de Tuca Ferreti (su segundo año como entrenador apenas). En la ida Tigres goleó 3-0 en San Nicolás (yo acudí a ese juego) pero en la vuelta, tras aguantar en la ratonera el 0-0, le clavaron el primer gol acabando el primer tiempo y todo se derrumbó. Llegó a estar 4-0 abajo, pero un chiripazo de un tronco brasileño de apellido Conti, puso el 1-4 que permitió a Tigres pasar por gol de visitante, solo para ser eliminado por el León de Vucetich. Aquel Tigres de Avilán era malísimo, pero el mensaje fue el mismo: nunca confíes en la eternidad y la omnipotencia de un 3-0 en la ida.
3- Algo pasa en los últimos minutos del primer tiempo en finales. Es nuestra fatalidad. Tras un 0-0 sin sobresaltos, minutos o segundos antes del medio tiempo Tigres se ha venido abajo contra América, contra River y contra Pumas. El futbol es emocional, psicológico, algo que tiene que ver más con un estado mental que físico. Un brujo o un psicólogo debe trabajar con Tigres previo a las finales. Aun así, creo que este equipo puede hacer época y crear dinastía. Tigres tiene todo para repetir en 2016.
4- Me he acostumbrado a los intelectuales que escupen sobre mi fanatismo futbolero. Sus argumentos son un reciclaje de peroratas que llevo décadas escuchando. Que el futbol es manipulación, hipnosis barata, burdo negocio capitalista para embaucar ignorantes, bla, bla, bla. Lo peor es cuando quieren oponer la “alta cultura” a la pasión futbolera. Por un lado los lectores y por otro los embrutecidos fanáticos. Yo soy ambas cosas. Cientos de veces he ido al estadio con un libro en la mano y no pocas veces mi lectura ha acabado bañada en cerveza y meados. Puedes pasar tu vida entera leyendo Thomas Bernhard y Kafka o puedes pasarla viendo juegos de los Tigres. Da exactamente lo mismo. Ambas son deliciosamente absurdas, tan apasionantes como inútiles. He invertido miles de horas de mi existencia en ver juegos de los Tigres y he invertido decenas de miles en leer libros. Ninguna de las dos cosas me ha servido de una chingada, pero ambas me han hecho inmensamente feliz.
5- Nací en el Año del Tigre y este equipo ha sido pathos y karma en mi existencia. Tan absurdo, embriagante e irracional como cualquier creencia religiosa. Sé muy bien que no tiene ningún sentido, pero Tigres es mi absurdo favorito.
Monday, December 14, 2015
<< Home