El sábado se ha muerto. Hoy las horas se devalúan más rápido que la moneda. Octubre yace entre nosotros y yo irremediablemente naufrago en la altamar del día. Las palabras no escritas; los pensamientos prófugos; los sueños tercos; la memoria sangrante; la vida, la misma vida que está en otra parte, la ciudad que jura ser otra, el instante con su cara de futuro cancelado. Canchas de lodo en la piel. Negro nido de almas.
Saturday, October 01, 2011
El sábado se ha muerto. Hoy las horas se devalúan más rápido que la moneda. Octubre yace entre nosotros y yo irremediablemente naufrago en la altamar del día. Las palabras no escritas; los pensamientos prófugos; los sueños tercos; la memoria sangrante; la vida, la misma vida que está en otra parte, la ciudad que jura ser otra, el instante con su cara de futuro cancelado. Canchas de lodo en la piel. Negro nido de almas.
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