Cuando llamé a Pablo Hernán Mondaca para tratar de concertar una cita y hablar del proyecto de nuevos narradores impulsado por la Universidad de Baborigame, él no dudo en citarme en su lugar favorito: El Cinema Coliseo, un viejo edificio ubicado a un costado de la arena de lucha libre en la Avenida Colón de Monterrey. Pensé que Pablo Hernán quería ser fiel a la leyenda que se cuenta sobre su persona y no defraudar su fama de pornógrafo obseso.
Lo que más me sorprendió, fue que el hombre que encontré en la tercera fila del cine hipnotizado por una película de hard core italiano, fuera capaz de hablarme de Amado Nervo y Xavier Villaurrutia de la misma forma que disertaba en torno a los culos y lenguas de actrices porno. ?Los infortunios del Licenciado Gamaliel?, según me dijo Pablo Hernán, se basan en las obsesiones de su jefe, un tecnócrata que navega con bandera de políticamente correcto.
Obsesionado por Bataille y Miller, Pablo Hernán cree que la imaginación prono es el único antídoto posible contra el aburrimiento.
Encarnación Leydelmonte
Lo que más me sorprendió, fue que el hombre que encontré en la tercera fila del cine hipnotizado por una película de hard core italiano, fuera capaz de hablarme de Amado Nervo y Xavier Villaurrutia de la misma forma que disertaba en torno a los culos y lenguas de actrices porno. ?Los infortunios del Licenciado Gamaliel?, según me dijo Pablo Hernán, se basan en las obsesiones de su jefe, un tecnócrata que navega con bandera de políticamente correcto.
Obsesionado por Bataille y Miller, Pablo Hernán cree que la imaginación prono es el único antídoto posible contra el aburrimiento.
Encarnación Leydelmonte