Dado que me he dedicado a atiborrar el bloggeriano espacio con abortos literarios que recojo del basurero de los malditos heterónimos, tal vez valga la pena darle a este territorio un carácter menos impersonal y hablar un poco de esas cosas del tiempo muerto, el escape y el happening vil al que nos consagramos con tanta devoción.
Aunque he prometido rehabilitarme de mi vicio de comprador compulsivo de música y estoy dedicado a no adquirir un so-lo disco por lo menos en enero, tal vez valga enumerar los mejorcitos perforadores de tímpanos que se dedicaron a hacerle el año difícil a mis pobres vecinos.
Los mejores discos del año, o por lo menos los que recuerdo en este momento.
Arch Enemy ...Wages of sin....Demoledor. La voz de Angela Gossow le rompe la madre a muchos abortos guturales mas-culinos. Las letras son de esas que yo hubiera escrito. Pura oscuridad interior. Death sueco de la mejor calaña.
Rush---Vapor trails-----No hay palabras para definir la perfección. El mejor sonido rushiano de los años 70 al más puro es-tilo Working man o Fly by night, pero limpiecito y trabajado. Neil Peart le da a la bataca con un par de varitas mágicas.
Sistem of a Down----Toxicity---- Al llamado nu metal lo tomo con extremas reservas por la cochina manía de contaminar sus rolas con elementos raperos y electrónicos. Pero estos armenios se despacharon con la más chingona creación que he es-cuchado en un buen rato.
Dio...Killing the dragon—La voz y el talento del enano maldito del metal siguen intactos. Un buen y oscuro retorno sin ser extraordinario.
Therion---The secret of the runes----Después de escuchar este opus, me queda demasiado claro que el más allá existe. Hasta un amante de la música clásica se debe quitar el sombrero ante estos maestros escandinavos.