Fue hace tres años cuando la crisis de la gasolina alcanzó niveles alarmantes. La escalada en los precios del petróleo hizo del combustible un auténtico lujo que sólo los ricos podían pagar. Tras el aumento de precios llegó el problema de la escasez y en el último año era realmente complicado encontrar gasolina pura en Tijuana. La gente comenzó a utilizar naftaleno y desechos de petróleo para sus carros. En el último año, en las calles de una ciudad virtualmente despoblada, era cada vez más raro ver vehículos automotores circulando, aunque al parecer los comandos de sicarios y las tropas de la Logia del Hexagrama no tuvieron problema alguno, pues los pocos vehículos que se veían, eran sus camionetas blindadas y sus tanques de asalto. Las que hasta hace unos años eran transitadas avenidas, estaban ahora atiborradas de pordioseros y vagabundos empujando sus viejos carritos de supermercado rebosantes de cachivaches. Estas avenidas solían amanecer regadas de cadáveres. La peste hacía estragos entre los pordioseros, aunque las muertes por sobredosis de heroína adulterada también eran comunes. Al principio los camiones recolectores levantaban los cadáveres, pero desde un tiempo para acá los dejan pudrirse en el asfalto. Con la frontera estadounidense militarizada y parcialmente cerrada, toneladas de crystal y heroína quedaban embodegadas en la ciudad y en las calles de Tijuana la droga empezó a tener costos ridículamente bajos. Poco después empezaron los apagones, pero entonces no sabíamos que la Logia del Hexagrama dinamitaba las centrales eléctricas-
Tuesday, June 21, 2011
Fue hace tres años cuando la crisis de la gasolina alcanzó niveles alarmantes. La escalada en los precios del petróleo hizo del combustible un auténtico lujo que sólo los ricos podían pagar. Tras el aumento de precios llegó el problema de la escasez y en el último año era realmente complicado encontrar gasolina pura en Tijuana. La gente comenzó a utilizar naftaleno y desechos de petróleo para sus carros. En el último año, en las calles de una ciudad virtualmente despoblada, era cada vez más raro ver vehículos automotores circulando, aunque al parecer los comandos de sicarios y las tropas de la Logia del Hexagrama no tuvieron problema alguno, pues los pocos vehículos que se veían, eran sus camionetas blindadas y sus tanques de asalto. Las que hasta hace unos años eran transitadas avenidas, estaban ahora atiborradas de pordioseros y vagabundos empujando sus viejos carritos de supermercado rebosantes de cachivaches. Estas avenidas solían amanecer regadas de cadáveres. La peste hacía estragos entre los pordioseros, aunque las muertes por sobredosis de heroína adulterada también eran comunes. Al principio los camiones recolectores levantaban los cadáveres, pero desde un tiempo para acá los dejan pudrirse en el asfalto. Con la frontera estadounidense militarizada y parcialmente cerrada, toneladas de crystal y heroína quedaban embodegadas en la ciudad y en las calles de Tijuana la droga empezó a tener costos ridículamente bajos. Poco después empezaron los apagones, pero entonces no sabíamos que la Logia del Hexagrama dinamitaba las centrales eléctricas-
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