Eterno Retorno

Tuesday, June 17, 2003



El sueño de mi razón produce monstruos

Entre vigilias y duermevelas, el sueño de una razón amodorrada se dedica a parir monstruos. Es en esos momentos de la madrugada cuando me imagino a mi mismo como la más siniestra figura de Goya. Mi cabeza sobre la almohada circundada por demonios y pájaros nocturnos, negros heraldos prófugos del pincel maldito.
El Universo entonces vuelve a ser infinitamente extraño, un todo edificado con los fragmentos de un alfabeto incomprensible.
La cordura patinando despreocupada sobre una delgada capa de hielo a punto de romperse, bajo la cual aguardan los avernos.
Lejos de la falsa paz, separada por un abismo de la cadena de significados, respuestas y verdades absolutas, la razón es una cáscara de nuez que yace a la deriva flotando en un océano en tormenta.
Solo entonces puedo pedirle consejos a La Muerte, cuyo aliento puedo sentir diluirse sobre mi cuello.

Hay días que comienzan con el párrafo adecuado. A temprana hora de la mañana hay lecturas que adquieren cierto significado, irrepetible a cualquier otra hora del día-

“Es posible inventar un sueño y describirlo, atribuyéndoselo a cualquiera, ya sea un personaje de ficción o un personaje real. El sueño no es, en este caso, un sueño. Se convierte en un sueño por obra de arte. Pero es imposible repetir un sueño verdadero en los términos en que ocurrió, en que se soñó. Los sueños no están hechos de palabras sucesivas como la literatura, no ocupan un lugar en el tiempo; tampoco están fijos en un espacio sin tiempo, como en la pintura, que, a veces, describe lo que puede considerarse fragmentos de un sueño y las obras son entonces cuadros oníricos. Al volver a la vigilia con frecuencia se recuerda haber soñado y se cree poseer lo que formaba ese sueño.” JGP (Nabokov: Un sueño y un ensayo)


Mira lo bien que logramos
sobre tus simas echamos
nuestros hilos primitivos
naturaleza desnuda
cayó en urdimbre menuda
de tenues preparativos

P. Valery