Aquí en esta Península nuestra somos de los últimos ciudadanos en despedir el año. En casi todo el planeta habrán brindado y tragado uvas mientras nosotros estaremos apenas en los preparativos. Hace un par de días el Invierno de acordó de ser invierno. Alguien le recordó que lo que de él se espera es frío, niebla y oscuridad, y no esos veranos exiliados a diciembre que vivimos en Navidad. Bellos días de cielos limpios y solecito cachondo. Tres veces llevé a Iker al mar en esta semanita vacacional y cargó poderes sobre poderes ¿Puedes creerlo en diciembre? Pero el 29 al medio día volvió la niebla y hoy yacemos en un atardecer de sombras heladas. La última luz del 2011 dice adiós. Un 2011 de tripas corazón, de puño cerrado y huevos. Muchos huevos. Y lo sacamos adelante, yendo y viniendo por la Rumorosa, del hielo de El Hongo al infierno mexicalense, entre partidas de ajedrez en plena carretera y un libro escrito en pedacería, en los minutos robados a ese universo que se supone es mi deber. Así, a pura fuerza de voluntad e inspiración machacada, me han salido 340 páginas de una historia que empecé a contar hace mucho. Creo que en este 2011 escribí más de lo que leí. Las palabras desparramadas son más que las devoradas ¿Propósitos? Decir una alimentación más sana sería el colmo de lo ordinario, pero debo hacerlo. A sus 56 años Jorge Hank dice que aún no ha llegado a la edad en que deba empezar a cuidarse, por más que sus médicos le digan que debe comer menos osos y tigres y beber menos tequila. En mi caso, algo me hace pensar que bebo más whisky del que mis dioses paganos reglamentan y aunque a la fecha no me llega la factura, sospecho que algún día de estos me pueden dar un susto con la cuenta. Antes yo quería morir joven. Hoy quiero durarle a Iker unos cuantos años más. No hay fórmulas mágicas en esto. La vida es en esencia bastante sencillita y creo tener una idea bastante clara de la fórmula de la sencilla felicidad. Evitar el ablande. Puro espíritu combativo. No hay ciencia oculta en mis deseos. La mejor forma de iniciar el día es escribiendo con un café poderoso a un lado. No perder la capacidad de sorpresa ante la vida y ser como Iker que se llena de poder y energía con todo aquello que lo emociona.
Saturday, December 31, 2011
Aquí en esta Península nuestra somos de los últimos ciudadanos en despedir el año. En casi todo el planeta habrán brindado y tragado uvas mientras nosotros estaremos apenas en los preparativos. Hace un par de días el Invierno de acordó de ser invierno. Alguien le recordó que lo que de él se espera es frío, niebla y oscuridad, y no esos veranos exiliados a diciembre que vivimos en Navidad. Bellos días de cielos limpios y solecito cachondo. Tres veces llevé a Iker al mar en esta semanita vacacional y cargó poderes sobre poderes ¿Puedes creerlo en diciembre? Pero el 29 al medio día volvió la niebla y hoy yacemos en un atardecer de sombras heladas. La última luz del 2011 dice adiós. Un 2011 de tripas corazón, de puño cerrado y huevos. Muchos huevos. Y lo sacamos adelante, yendo y viniendo por la Rumorosa, del hielo de El Hongo al infierno mexicalense, entre partidas de ajedrez en plena carretera y un libro escrito en pedacería, en los minutos robados a ese universo que se supone es mi deber. Así, a pura fuerza de voluntad e inspiración machacada, me han salido 340 páginas de una historia que empecé a contar hace mucho. Creo que en este 2011 escribí más de lo que leí. Las palabras desparramadas son más que las devoradas ¿Propósitos? Decir una alimentación más sana sería el colmo de lo ordinario, pero debo hacerlo. A sus 56 años Jorge Hank dice que aún no ha llegado a la edad en que deba empezar a cuidarse, por más que sus médicos le digan que debe comer menos osos y tigres y beber menos tequila. En mi caso, algo me hace pensar que bebo más whisky del que mis dioses paganos reglamentan y aunque a la fecha no me llega la factura, sospecho que algún día de estos me pueden dar un susto con la cuenta. Antes yo quería morir joven. Hoy quiero durarle a Iker unos cuantos años más. No hay fórmulas mágicas en esto. La vida es en esencia bastante sencillita y creo tener una idea bastante clara de la fórmula de la sencilla felicidad. Evitar el ablande. Puro espíritu combativo. No hay ciencia oculta en mis deseos. La mejor forma de iniciar el día es escribiendo con un café poderoso a un lado. No perder la capacidad de sorpresa ante la vida y ser como Iker que se llena de poder y energía con todo aquello que lo emociona.
<< Home