Todo empezó con ese metal core, pasado rabioso, pasado de adolescente. Él invoca la monstruosidad interior en el espejo y los demonios cumplen con llegar amodorrados. El veinteañero del puesto de viniles, que tan bien me conoce, cumple con responder a mi pegunta: Between the Bury and Me y entonces reparo en que sabe de mis gustos y más interesante que el púber metalcorerito le parece hablarme de Charly y la sudafricana y sobre mi mesa coloca algún cerrito de improbables vinilos y miro algún disco blanco con dibujos a lápiz de la Guzmán justo cuando aparece el greñas con su actitud de “qué gustitos” y aquello está en la Plaza San Martín o en la Morelos y tiene atmósfera de La prueba de Aira.
Mañaneros domingos resacosos, de chela caliente y mosh jarcorero;
Slameamos con el Kreador y la Muerte, el Eskorbuto y los Sepultureros
Sangre, sudor, caguamas en bolsa, portazo y moshpit fueron mis andanzas;
A patada feroz irrumpen mil demonios, en la catedral del Metal, arena Tlanepantla
Sunday, November 01, 2015
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